Lecciones de Marketing de Roma
- Impulso en diferentes formas y tamaños
Al ser parte de Netflix, la nueva película de Cuarón recibió un impulso que nunca pudo haber recibido por parte de un estudio de Hollywood. De lo que nadie habla (todavía) es que Roma se muestra como cine convencional; es decir, no tiene gran producción, algo más allá de planos en 360 grados en su visualización, y aún así resalta de manera increíble.
- Cuarón y la construcción de su propia distinción
Y tu mamá también (2001), Harry Potter y el prisionero de Azkaban (2004) o Gravity (2013) son películas vigentes en la actualidad por la narrativa que tienen. Sátira e historias fantásticas; Cuarón demuestra una vez más que sus producciones están dispuestas a desviarse de los más novedosos conceptos para meditar, analizar y reflexionar con sus personajes. Y si la audiencia está viendo la película en cines o desde su hogar, ese sentido se duplica.
- Se puede alcanzar el éxito desde múltiples ángulos
A pesar de que Roma se hizo para un formato en particular (streaming), ha capitalizado otros sectores de forma inmediata. Pese a estar en pocas salas de cine, ha logrado obtener ingresos en taquilla a gran escala, mientras que mantuvo a miles de suscriptores al pendiente de su estreno en Netflix.
Esto demuestra que hoy, el cine y el streaming juegan juntos. Afortunadamente, ambos sobreviven, pero poco a poco se comienza a mostrar desconexión y una distinción en la preferencia del consumo de contenidos.
- Cuando se cae, siempre podemos levantarnos
Es importante hacer una distinción en este punto: la historia de Roma se centra en Cleo (Yalitza Aparicio), una trabajadora doméstica de una familia mexicana de clase media alta. En la película, se desarrolla su día a día y, por consecuencia, su vida.
Así, poco a poco vemos como su panorama comienza a desmoronarse, pero al final del camino, la única lección que de verdad importa es que siempre se puede volver.