La historia de la Roma de Cuarón va más allá de ser leyenda de un asentamiento en el D.F. de los 60’s y 70’s, y abarca el México del siglo XXI.
Un Oscar en el horizonte de la Roma
Alfonso Cuarón, egresado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la Universidad Nacional Autónoma de México, con su película Roma nos lleva a reflexionar acerca del presente y del promisorio futuro de los cineastas mexicanos, talentosos “Baby Bommers”, sensibles, humanos, preocupados y ocupados por grabar en la cinta cinematográfica y desde una perspectiva social, las desventuras del país; en el cual el naciente gobierno deberá encontrar un camino muy propio para este país llamado México, y no reproducir fórmulas con intención social, pero con enorme desilusión política y económica.
Para conocer, comprender y poder descifrar la obra fílmica que nos entrega Alfonso Cuarón, no es preciso haber nacido antes de los 60’s, y ser un Baby Boomer o haber nacido en la colonia Roma en la Ciudad de México (CDMX), la película ya forma parte de la historia del México del siglo XX; y sin duda Cuarón y su Roma alcanzarán nominación al Oscar por parte de la Academia.
La Roma de Cuarón hoy va más allá de una colonia
Hoy la CDMX es una acelerada zona metropolitana de más de 20 millones de habitantes, en un país con más de 9 millones de personas en pobreza extrema y una sociedad mexicana que se precia de poseer un gran sentido humano, (y que lo ha demostrado en los graves acontecimientos como lo han sido, entre otros hechos, los terremotos), pero que tras las cuatro paredes de los hogares se vive un México de grandes contrastes, muchos de ellos de pobreza, y otros de gran desprecio a los necesitados.
Roma es historia fílmica que presenta un rostro que desnuda la vergüenza
Es más que una película, un documental o un film de una dramática historia, es comunicación social, es exposición a corazón abierto de las entrañas de un país, de sus insensibles gobernantes, que han hecho promesas y han recibido sexenio tras sexenio gubernamental “báculos” por parte de esperanzados grupos étnicos; esto desde la muy citada Revolución en México de 1910; hemos sido presas de devastadores gobernantes, seudo políticos y de sus relativos partidos, de los cuales brincan como “chapulines” en y de todas las décadas y sexenios gubernamentales del siglo XX y lo que va del XXI y en realidad han engañado a las sociedad en su conjunto.
Roma es una radiografía de clases sociales mexicanas
Desde una perspectiva social, política y económica, así es como hoy distinguimos a las diversas capas sociales en México; y Roma las exhibe; a la clase alta la presenta en la película, como personas que viven con la prerrogativa de ostentar un rancho que sufre un incendio y la familia, en la película, lo toma como motivo de fiesta y juego de niños.
Roma y la clase media, que es donde ubicamos a la familia central del film, Cuarón la muestra con sus vivencias y problemáticas del día con día, gente que trabaja que lucha buscando, resistiendo y disfrutando su ubicación social. Según hemos leído en algunos reportajes, la película Roma, es un pasaje de la infancia del propio Alfonso Cuarón, quien vivió en la calle de Tepeji la cual se presenta en la cinta Roma.
La Roma de los pobres más pobres
En esta radiografía fílmica, tenemos a los habitantes del sector rural, identificados como grupos sociales desprotegidos, los pobres entre los pobres (9 millones cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, CONEVAL) reflejados en el mundo de las etnias, campesinos, pepenadores, así como en otras seudo actividades o en la economía informal, y entre ellos el de las empleadas domésticas las llamadas peyorativamente “sirvientas”, las cuales en Roma, a través del personaje central llamada Cleo, son el tema central de esta película y que en el México del siglo XXI forman un sector informal de casi 2 millones de personas.
Roma nos transporta a una región de la CDMX
Es en la llamada colonia Roma, y nos muestra de manera magistral la calle de Tepeji, justo donde vivió Alfonso Cuarón; de ahí hace un recorrido a la avenida Insurgentes que deja ver, como si hoy día estuviera presente, el nostálgico tranvía que recorría desde la Ciudad Universitaria, hasta el centro del aquel entonces Distrito Federal, dando en su paso una mágica mirada al cine de “Las Américas” invitándonos a ver por dentro su sala y la exhibición de una película de la segunda guerra mundial.
Roma la película de Cuarón
Se desarrolla en la década de los70’s, es historia, es drama y es un mundo de un sector social de clase media, que mi maestro de sociología, en la UNAM, Gabriel Careaga (QPD), analiza en su libro “Mitos y fantasías de la clase media”, y hace un esbozo dilapidador de lo que fue la clase media en los años 70 y 80. Su visión (siempre) demoledora e iconoclasta impide clasificar su obra por ser diversa y libre.
La clase social que habitó la colonia Roma de los 60’s y 70’s, sin ser millonarios eran personas privilegiadas, medianos y pequeños empresarios, profesionistas y técnicos que varios crecieron y se enriquecieron al amparo de relaciones con la clase gobernante del PRI partido en el poder en México por más de 80 años.
Roma exterioriza la desnudez de la pobreza y la cuna de “Los Halcones”
Esas poblaciones que presenta Roma, como lo sería Ciudad Netzahualcóyotl o Zacazonapan de los 60’s y 70’s, son dos de los 125 municipios del Estado de México; ahí Cuarón, pone en blanco y negro, cómo entrenaban a jóvenes como brazos golpeadores del México represor, aprovechándose de su pobreza e ignorancia al vivir en el emblemático Estado de México, el del partido en el gobierno, el del Grupo Atlacomulco, y ahí se dio la formación y entrenamiento castrense de “Los Halcones” grupo de choque creado por el gobierno de Luis Echeverria Alvarez (1970-1976).
Roma muestra imágenes del 10 de junio de 1971, día de la festividad de Corpus Christi
Es el día que da título a la matanza, cuando una manifestación estudiantil en apoyo a los estudiantes de Monterrey fue violentamente reprimida por un grupo paramilitar al servicio del estado llamado “Los Halcones”. De los hechos sangrientos nadie se responsabilizó y mucho menos fue llevado ante la justicia.
Roma título evocador de la película del director mexicano Alfonso Cuarón, quien, en 2 horas, 15 minutos nos ubica en el México de 1970 y 1971 y nos deja ver, de manera magistral, en blanco y negro, los pendientes no resueltos como sociedad y como país, mismos que seguimos arrastrando hasta hoy, y próximos al inicio del año 2019.
Hoy el nuevo gobierno está obligado a responder a la esperanza de tener un régimen enfocado a:
• Un progreso uniforme de desarrollo
• Respetuoso del estado de derecho
• Enfocado a una gestión gubernamental eficiente, efectiva y de calidad
Y obligadamente a fortalecer a un país que se desdoble en urgente civilidad e imprescindible democracia.
Roma es blanco y es negro
Una película que nos recuerda a las grandes y extraordinarias producciones cinematográficas de directores en el cine en México; filmada artísticamente del tal manera que no requirió de más color, ya que cada escena prende en nuestra mente y corazón un imaginario rojo de intensidad, de pasión, de amor y peligro, el amarillo de alergia, de calidez, por supuesto el verde de esperanza, renuncia al negro de luto, y pinta de manera muy clara un blanco de concordia.