Sebastien Leroux, socio Almabrands
¡Imagina un mundo donde cada producto que compras es parte de un ciclo continuo, un bucle perpetuo de uso y reutilización, donde nada se desperdicia y cada recurso se valora al máximo! Este mundo no es una utopía distante; es el núcleo de la economía circular, y las marcas visionarias ya están en marcha, transformando este sueño en una realidad tangible.
Según la Fundación Ellen MacArthur, referentes en el pensamiento de la economía circular, las empresas que adoptan este modelo podrían disfrutar de una economía global más fuerte, con un valor de hasta $4.5 billones de beneficio económico para 2030. Pero, ¿qué significa esto para las marcas y su búsqueda de un propósito?
Las estadísticas son reveladoras: Un informe de Accenture Strategy indica que las empresas con modelos de negocio circulares podrían desbloquear $4.5 trillones en crecimiento económico, reduciendo el desperdicio, impulsando la innovación y creando empleo. La economía circular no es solo buena para el planeta; es excelente para el negocio.
Pero, ¿cómo se ve esto en la práctica? IKEA, la gigante de los muebles, se ha comprometido a convertirse en una empresa circular para 2030. Ya están experimentando con la venta de productos reparados y reacondicionados, apuntando hacia un futuro donde sus productos nunca terminen en un vertedero. Este es un testimonio poderoso del potencial económico y ambiental de la reinvención de productos y la extensión de su vida útil.
La economía circular desafía el antiguo modelo de ‘tomar, hacer, desechar’, ofreciendo un enfoque restaurativo y regenerativo. Según el World Economic Forum, este modelo podría ayudar a evitar más de $1 billón anuales en materiales perdidos y podrían reducir las emisiones de CO2 en un 33% a nivel mundial para 2050. Este es el poder de la circularidad.
La pregunta es esta: ¿tu marca es simplemente un participante en el mercado actual o es un actor clave en el diseño del mercado del mañana? Las marcas que lideran con el propósito y se enfocan en la sostenibilidad están forjando nuevos caminos, construyendo lealtad con consumidores que cada vez son más conscientes del medio ambiente y definiendo lo que significa ser una marca verdaderamente sostenible.
Es hora de un cambio radical. No es suficiente reciclar; debemos rediseñar, re-imaginar y revolucionar. Marcas valientes, es su momento de actuar, de ser los arquitectos de un nuevo paradigma empresarial. El futuro se construye con propósito, y el futuro es ahora.