La jornada de este martes resultó negativa para el peso mexicano luego de que sucumbiera ante el dólar norteamericano, derivado de la incertidumbre de que se llegue a un acuerdo en las discusiones del Tratado de Libre Comercio (TLCAN) antes del jueves entrante.
Debido a ello, en el cierre de operaciones bancarias, la moneda nacional cayó a su peor nivel de cotización en lo que va del año al superar las 20 unidades por dólar, de acuerdo con Citibanamex; en lo que refiere al billete verde interbancario, el Banco de México lo reportó en 19.727 unidades, su mayor nivel desde diciembre de 2017.
Según El Financiero, el peso retrocedió 19.75 centavos equivalente a un 1.01 por ciento. De tal modo que borró las ganancias que había acumulado en lo que va del año, mismas que habían alcanzado un máximo de 8.47 por ciento en la primera quincena de abril. A partir de esta fecha a la actualidad, la moneda perdió 9.63 por ciento.
El presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos Paul Ryan, indicó hace una semana que tendría que ser este jueves la notificación de acuerdo del tratado, sí es que se deseaba que el Congreso actual lo pudiera someter a votación; sin embargo, existen puntos que todavía no se resuelven. Incluso este panorama adverso sería declarado por el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo durante una entrevista para Televisa.
Ante este escenario, diversos especialistas apuntan a una posible intervención del Banco de México, ya sea en torno a un aumento en las subastas de coberturas cambiarias, e incluso en el incremento en la tasa de referencia del instituto central.
En tanto, los mercadólogos deberán estar atentos a la evolución en la cotización de la moneda local a fin de seguir su paso de recuperación o en su defecto, a ceder mayor terreno ante la divisa estadounidense; esto generaría cambios en los hábitos de consumo así como en el ánimo de los compradores.
En especial si se toma en cuenta que nos encontramos a poco tiempo de que se lleve a cabo la jornada electoral en México, lo que dirigiría la atención de la población a los temas económicos por encima de otras propuestas de los candidatos.
Asimismo, las estrategias de marketing podrían verse alteradas en caso de que este factor involucre otros datos económicos que afecten la decisión de compra de las personas.