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Carece México de infraestructura para cargar los autos eléctricos.
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Urgen implementar políticas públicas para incentivar la electromovilidad.
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Llaman a colaborar con empresas generadoras de tecnología automotriz.
A pesar de que en los últimos años la penetración de mercado de autos eléctricos en México ha aumentado, sólo logró alcanzar el 0.35 por ciento de representación en el parque vehicular actual, pues la novedad incipiente por adquirir un vehículo sustentable se ve mermada por una problemática irrefutable: la falta de puntos de carga y su accesibilidad para el consumidor.
Ante ello, la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), alertó un atraso en la ruta por las cero emisiones y llamó a las autoridades a sumar compromisos y políticas públicas integrales que promuevan la transición hacia la electromovilidad.
Puntos de carga pierden corriente
La apuesta eléctrica para la infraestructura de autos eléctricos bajó su impacto desde 2012, cuando se instalaron los primeros conectores en México, ahora muchos de los existentes ni siquiera funcionan o fueron desmontados.
El plan de ‘electrolineras’, impulsado por Nissan y BMW con la idea de instalar 150 estaciones de recarga en sus concesionarios, algunos centros comerciales y lugares públicos, terminó sin eje de acción. En febrero de 2017, México contaba con 699 cargadores, 68 por ciento de ellos públicos; y para 2018, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) presumía 900 instalaciones en total.
Ahora, De acuerdo con el último reporte de Electromaps, plataforma que mide la electromovilidad por regiones, el 2021 finalizará con sólo 684 conectores, distribuidos en 292 lugares en toda la República Mexicana.
Electromovilidad: una necesidad nacional
La adquisición de vehículos eléctricos representa más que el placer de conducir, pues deberán asumir el control de la flotilla en circulación actual si se pretende llegar al cero neto de emisiones por carbono en 2050. Para ello, no sólo los inversores deben optar por la baja de precios en baterías y producción automotriz, sino en la infraestructura nacional que se ofrezca una opción factible a los ciudadanos, pues sin puntos de carga a su alcance, estos no pensarán en comprar un vehículo sustentable aunque tengan el poder adquisitivo.
Según una estimación de la Agencia Internacional de Energía (AIE), un pronosticador global, para fines de esta década, Estados Unidos tendrá la necesidad de contar con 40 millones de puntos de recarga, lo que requerirá una inversión anual de 90 mil millones de dólares al año a medida que se acerque 2030; este podrá ser referente de los propios requerimiento de México, que se encuentra muy por detrás de ese país.
Y es que, de acuerdo con datos de la AMIA, respecto a 2020, los coches con tecnología 100 por ciento eléctrica apenas lograron las 500 unidades entre enero y diciembre, tendencia que se mantuvo durante 2021; sin embargo, la falta de infraestructura para recargar estos vehículos acrecentó la compra de tecnología híbrida, alcanzando las 18 mil 799 unidades vendidas entre enero y mayo de 2021.
Una problemática más en el sector es la accesibilidad a los autos eléctricos, ya que el consumidor promedio no logra motivarse a adquirir una unidad por su costo. En México, el precio de un auto sustentable (eléctrico e híbrido) ronda, cuando menos, 100 mil pesos más arriba que el de uno con motor de gasolina.
Según una encuesta reciente realizada por AlixPartners, n los siete países que representan el 85 por ciento de las ventas mundiales de vehículos eléctricos, los altos precios de los automóviles ocuparon el tercer lugar en la lista de razones principales para no cambiar a la energía de la batería; los otros cuatro eran ansiedades relacionadas con la carga.
Beneficios para la industria y para el consumidor
Además de ayudar al ambiente con la eliminación gradual de los los automóviles de “combustión fósil”, los coches eléctricos se pueden cargar en casa o en el lugar de trabajo, por lo que la los centros de carga van más allá de grandes instalaciones, con políticas públicas que reduzcan el pago de energía eléctrica y promuevan las herramientas necesarias para llevarlo a cabo en lo hogares mexicanos se acerca un poco más la accesibilidad de este producto.
En Estados Unidos, por ejemplo, el 70 por ciento de los hogares tiene estacionamiento fuera de la vía pública donde pueden instalar un cargador.
Tres jugadores clave: proveedores en el mundo
Los propietarios de sitios de carga para autos eléctricos, generalmente son empresas habilitadoras de la tecnología, quienes proporcionan ubicaciones para el alquiler de cargadores, lo que representa un costo extra para el consumidor, pero, al menos, da accesibilidad remota.
Son tres tipos de compañías dominan la carga de vehículos eléctricos:
Tesla no ha revelado lo que ha gastado en su red “Supercharger”, que cuenta con 30 mil puntos en todo el mundo; BMW, Ford, Hyundai y Mercedes-Benz, socios de VW en Ionity, tienen una red de carga rápida que espera expandirse de mil 500 puntos a 7 mil para 2025.
Asimismo, Electrify America, creado por VW, ahora tiene 2 mil 200 cargadores rápidos en los Estados Unidos; mientras que General Motors, espera gastar 750 millones de dólares en el sector, su primer paso será instalar 40 mil 000 puntos en los concesionarios.
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