El humor es la esencia de la buena publicidad. Un toque humorístico puede hacer la diferencia entre algo correcto y algo extraordinario en cuanto a creatividad.
Sin embargo, el humor debe aplicarse de manera de no ofender ni atacar a nadie. Los tiempos en que la industria publicitaria se reía de las minorías se terminó, y eso ya no tiene vuelta atrás.
El problema es que muchos aún no se han dado cuenta, y siguen insistiendo con errores (disfrazados de “disrupción”) como el que cometió Burger King en Chile.
“Más long que la fila de Extranjería”, decía uno de los afiches en el Metro de Santiago.
Sabiendo que los migrantes deben hacer largas filas en la repartición que atiende sus casos, y que el trámite es largo, tedioso e inevitable para lograr la regularización de la situación migratoria, Burger King quiso hacer una broma.
Así es, quiso aprovechar esa precaria situación para hacer promoción de dos de sus productos: “Long pollo” y “Long clásico”.
“Sabido es lo difícil que ha sido atender dignamente a los usuarios de Extranjería, pero @metrodesantiago no puede validar mofa del sufrimiento que ello importa a las personas”, escribió en Facebook el ex director de Extranjería, Rodrigo Sandoval, adjuntando una foto de la publicidad en una de las estaciones del Metro.
“¿Qué broma viene luego?: “Más largo que lista de espera para un trasplante?”, cuestionó Sandoval. Y publicó Bio Bio Chile.
También desde el Sindicato Profesionales y Técnicos de Metro repudiaron la publicidad y la calificaron como una “burla a miles de migrantes que hasta duermen en la calle para ser atendidos por institución del Estado”.
Burger King quiso defenderse diciendo a través de una declaración que la “publicidad se enmarca en el carácter siempre disruptivo de la marca, y busca generar conversación y debate sobre temas contingentes y de interés nacional”.
También dijeron que la marca “ha estado siempre a favor de la llegada de ciudadanos de otras nacionalidades”, agregando que es “un hecho que enriquece al país tanto en lo cultural, económica y social”.
Desde la concesión del Metro dijeron que la publicidad fue retirada ya que “la difusión de campañas publicitarias debe cumplir con criterios que estén en línea con la visión y los valores corporativos de Metro, y que tienen relación con la inclusión de las distintas comunidades y actores de la sociedad”.
Algo que no parecía cumplir esta campaña.