• Los incidentes de fraude en 2020 también se han vuelto más frecuentes por el surgimiento de nuevos marketplaces

• También tiene que ver con el hecho que cada vez más personas usan la banca digital, frecuentemente sin una experiencia previa

• Por supuesto, también hay que reconocer que hay técnicas más refinadas entre los agentes maliciosos para robar dinero e información

2020 fue verdaderamente un año donde las transacciones online tuvieron un momento de gran evolución. Eventos como el Buen Fin, tradicionalmente centrados en el entorno físico, lograron traer sus actividades a la web en masa. Cada vez más empresas vieron los beneficios de tener una tienda de ecommerce. Y por supuesto, la banca digital creció como nunca antes. Pero no todo fue positivo. También se vió un importante incremento de las tasas de fraude electrónico.

De acuerdo con Security Magazine, este año se vio una evolución acelerada en la incidencia de estos crímenes. Hay varias razones, pero todas están ligadas al aumento natural que tuvo la industria. La crisis de la COVID-19 llevó al mundo a un caos generalizado, que muchos de los agentes maliciosos en línea aprovecharon para vulnerar a los consumidores. Y como hay más nuevos clientes de ecommerce, hay más víctimas potenciales para el fraude online.

Por supuesto, hay una responsabilidad clara de las empresas de proteger a los consumidores de estos esquemas de vulneración financiera. Pero también es cierto que los usuarios no son agentes indefensos y a la voluntad de las grandes compañías o los grupos maliciosos. Pueden también tomar acciones específicas para reducir la incidencia del fraude electrónico en el largo plazo. Y de acuerdo con FICO, es importante que los consumidores adquieran ciertos hábitos:

Tener mejores hábitos para la creación de contraseñas para evitar el fraude

Uno de los errores más frustrantes, pero comunes, de los usuarios es tener passwords que no están a la altura de una protección integral sólida. No solo hay personas que usan frases como QWRTY o 12345 para proteger su información privada. Además utilizan las mismas palabras a lo largo de múltiples cuentas, haciendo notablemente sencillo que, al entrar a un perfil, pueda acceder a otro. Así que los usuarios deberían de modificar muchos hábitos para evitar fraude.

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Sacar mayor provecho a las herramientas de autenticación

Precisamente porque las empresas saben que los usuarios no prestan particular atención a las contraseñas, muchas plataformas han establecido la autenticación de dos pasos. Es decir, que para entrar a una cuenta es necesario no solo saber la password, sino aparte poner un código que se envía por SMS o correo. Son formas simples de evitar el fraude, pero que la gente aún se niega a usar por flojera o desidia. Pero es una barrera adicional aún más difícil de romper.

Emplear métodos de pago confiables para evitar el fraude

Hay un sinfín de soluciones para transacciones electrónicas en el mercado. Esto significa que algunas de ellas son potencialmente herramientas para cometer fraude contra los usuarios. En este sentido, es crucial que las personas investiguen a profundidad cada solución para que no sean métodos para robar la información financiera de los consumidores. Es mucho mejor optar por alternativas como PayPal, que aunque cobren comisiones son muy reconocidas y seguras.

Ser escéptico de campañas de donación y otros esfuerzos que piden dinero

No hay mejor forma de cometer fraude que campañas de phishing. Este tipo de estrategias prefieren poner trampas psicológicas a los usuarios para sacarles dinero o información, en lugar de robar su información mediante herramientas tecnológicas. Así pues, hay que poner mucha atención a Kickstarters, rondas de GoFundMe o correos electrónicos de presuntas oportunidades de negocio o beneficencia. Siempre cabe la posibilidad que sea una estafa.

Revisar constantemente informes de crédito y gastos para detectar fraude

No todos los sistemas de estafa funcionan igual. Hay algunos agentes maliciosos que, en lugar de hacer grandes compras o vaciar por completo una cuenta, optan por un enfoque mucho más discreto. Prefieren ir haciendo cobros relativamente pequeños de forma que el usuario no se de cuenta del fraude y pueda extender su actividad maliciosa. Por eso es fundamental que los usuarios revisen detenidamente todas sus transacciones y registros de compra cada mes.