Es natural que la afinidad política acerque a las personas y haga que su trato sea más cordial que con otros pares, pero de una forma u otra el trato y la relación debería mantenerse en todo momento. No obstante, desde las más altas instancias del poder esto se olvida y queda de manifiesto cada vez que un nuevo presidente es electo en nuestro continente.
Este domingo la mayoría de los argentinos eligió al derechista Javier Milei para ser presidente de la nación suramericana por los siguientes cuatro años, por encima del actual ministro de Economía, Sergio Massa, quien es militante del partido de izquierda Unión por la Patria y representante del kirchnerismo.
Desde su cuenta de X (antes Twitter) la Secretaría de Relaciones Exteriores de México se pronunció este lunes sobre el resultado de las elecciones: “El GobiernoMX felicita al pueblo argentino por su participación cívica en las elecciones, así como al candidato vencedor @JMilei (Javier Milei), con quien buscaremos mantener una relación constructiva en beneficio de ambos pueblos y de la región”.
Sin embargo, desde Palacio Nacional no ha habido ningún pronunciamiento sobre la victoria de Milei, hasta el momento silencio total. La situación fue muy distinta el año pasado cuando Gustavo Petro se hizo con la presidencia de Colombia. El mismo día de la elección, el 19 de junio, el mandatario mexicano abrió un hilo en X con tres mensajes relacionados con el hecho.
“El triunfo de Gustavo Petro es histórico. Los conservadores de Colombia siempre han sido tenaces y duros. El escritor José María Vargas Vila relataba que los dictadores de su país ‘mojaban en agua bendita su puñal antes de matar’(…). El triunfo de hoy puede ser el fin de ese maleficio y la aurora para ese pueblo hermano y digno. Felicidades”, finalizó el hilo de X.
Hace exactamente un par de años la situación fue similar con la llegada al poder del izquierdista Gabriel Boric en Chile. “Primero, expresar nuestra satisfacción, nuestra alegría, es inocultable por el triunfo de Gabriel Boric en Chile”, dijo Andrés Manuel López Obrador, quien también dijo que fue “un triunfo de la democracia en Chile, en América Latina”.
Tomando en cuenta la falta de pronunciamiento sobre la victoria de Mieli en Argentina, cabe preguntarse si dicha elección libre no se puede considerar también como una victoria de la democracia en Latinoamérica.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, fue más allá y emitió su juicio. “Ha ganado la extrema derecha en Argentina; es la decisión de su sociedad. Triste para América Latina y ya veremos… el neoliberalismo ya no tiene propuesta para la sociedad. No puede responder a los problemas actuales de la humanidad”, manifestó el mandatario en su cuenta de X, aunque en otro mensaje felicitó directamente a Javier Milei.
No menos reprochable es la respuesta del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien al posteo de Petro escribió: “Ahora dilo sin llorar”.
Con los defectos que pueda tener, todos parecemos aceptar que la democracia, con elecciones libres, es el sistema de gobierno más adecuado para nuestras sociedades. Por ende, las decisiones de cada pueblo deben aceptarse por igual y celebrarse porque cada una es el triunfo de la democracia.
Y más importante aún, la forma y diplomacia en los mensajes se debe mantener por el desarrollo de las relaciones bilaterales y el porvenir de nuestros pueblos.