No cabe duda de que el cambio climático está captando la atención de muchas personas alrededor del mundo en días recientes; desde las protestas alrededor del mundo, hasta la Cumbre de Acción Climática de las Naciones Unidas 2019.
El mundo parece estar tomando conciencia de que se requieren acciones concretas y rápidas para evitar un mayor daño al medio ambiente. La sustentabilidad de nuestras prácticas, tomando en cuenta qué y cómo producimos, consumimos y desechamos los productos de consumo, es una de esas grandes áreas que pueden ayudar a combatir las emisiones de carbono.
Si bien es cierto que el reemplazo de combustibles fósiles por energías limpias es una de las grandes áreas de enfoque, cabe señalar que el reemplazo de dichos combustibles puede disminuir nuestras emisiones de carbono un 55%. El 45% restante de las emisiones se genera por los procesos de producción, distribución, transportación, consumo y manejo de los desechos de cierto tipo de productos como ropa, automóviles, electrónicos y materiales de construcción, entre otros.
Sin embargo, para poder contribuir significativamente en la disminución de los efectos contaminantes de la producción y el consumo de productos, necesitamos repensar casi por completo nuestros procesos productivos. Para empezar, la labor del fabricante de productos no termina cuando el cliente adquiere un producto en una tienda, ésta continúa después del consumo de dicho producto. Los productos deberán de estar diseñados para ser manejados de manera que puedan ser reciclados y reutilizados totalmente. A este tipo de prácticas, donde los desechos son reutilizados y reciclados, se les conoce como economía circular.
Pensemos en un circulo infinito donde los materiales utilizados para construir productos son planeados para ser reutilizados en la elaboración de nuevos productos. Hay varias iniciativas al respecto; algunas proponen esquemas relativamente sencillos de reciclado de materiales usados, por ejemplo, en la elaboración de productos o en su empaquetado, sin embargo, hay ejemplos de startups que están llevando el concepto de la economía circular a niveles muy interesantes. En dichos esquemas, los productos son pensados desde un inicio para ser fácilmente reciclables, incluso, si utilizan piezas y partes como los productos electrónicos. A pesar de lo complicado que pueda parecer, en realidad es sencillo si pensamos, por ejemplo, en envases de plástico. Cuando se trata de otros productos como teléfonos celulares, es más complejo, ya que son procesos en los que se retiran todas las piezas del teléfono para poder recuperar sus materiales y reutilizarlos en la manufactura de otros aparatos electrónicos.
Sin duda, son acciones complejas e interesantes que muchas startups están implementado; aquí algunos ejemplos:
Lehigh Technologies
Esta startup de Atlanta, trabaja en el reciclado de llantas. La propia empresa calcula que en el mundo se desechan más de mil millones de llantas por año. Lehigh Technologies ha encontrado una forma de utilizar esas llantas desechadas y convertirlas en un polvo micronizado de caucho. Este polvo es utilizado para la creación de más llantas, de asfalto y de otros materiales de construcción.
TriCiclos
TriCiclos es una compañía chilena que se ha propuesto la osada meta de “trabajar por un mundo sin desechos”. La empresa comenzó operaciones en 2009 y hoy en día opera la red más grande de estaciones de reciclado de productos. En su historia, la empresa ya salvó 33,000 toneladas de productos que, de otra forma, estarían en rellenos sanitarios.
HYLA Mobile
HYLA Mobile trabaja con el reciclaje de productos electrónicos como teléfonos celulares y tabletas. Los desechos electrónicos son una de las categorías más preocupantes por su crecimiento en el mundo. HYLA trabaja tanto en la reutilización de dispositivos electrónicos después de su uso, como en la extracción de sus partes para usarlas en la fabricación de nuevos dispositivos. HYLA ya ha reciclado más de 5 millones de aparatos, lo que ha representado para las empresas ahorros por 4 mil millones de dólares y ha evitado que 6,500 de toneladas de basura electrónica lleguen a los rellenos sanitarios.
Loop
Loop es una compañía que entrega en casa productos de marcas reconocidas globales en envases que permiten su reutilización. El cliente compra en línea, recibe en casa, utiliza productos y entrega los envases vacíos de regreso a Loop para que sean limpiados y rellenados para continuar el ciclo. El cliente recibe en casa los productos y después de utilizarlos, llama a la empresa transportadora para que recoja los envases vacíos.
Loop ha logrado el apoyo de muchas marcas globales como Gillette, Body Shop, Clorox, Pantene y Dove. El atractivo es que vende productos de esas marcas en empaques diseñados para la economía circular
El llamado a la acción, derivado de la preocupación por el cambio climático, es urgente y para que funcione, todos debemos comprometernos y colaborar. La economía circular implica un paso más allá del simple reciclado de productos, consiste en diseñar los productos pensando en reducir los desechos al mínimo, inclusive eliminarlos.
Los esfuerzos por un mundo mejor tienen que ser constantes; sin duda, la economía circular es una gran oportunidad de no podemos desaprovechar.