Después de llevar menos de dos años en el cargo, Stefan Larsson, renunció a su cargo de CEO de Ralph Lauren, al argumentar diferencias con el presidente y creador de la marca. La renuncia se hará oficial hasta mayo del presente año.
Después del anuncio de Larsson, las acciones de Ralph Lauren cayeron 12 por ciento en Estados Unidos, aunque la marca reportó ganancias trimestrales que superaron las previsiones de Wall Street. Entre las presiones que existía de Lauren contra Larsson, era que las ventas continúan cayendo y no hay alguna solución al respecto.
Larsson llegó a Lauren en 2015, previamente había sido jefe de Gap, lo cual fue visto como un “gran golpe” para Old Navy, pues era la única división de la compañía que cumplía sus metas.
De acuerdo con Ralph Lauren, la decisión de Larsson surge en un contexto donde la marca “necesita evolucionar”, aunado a que ambos tenían “diferentes puntos de vista sobre cómo evolucionar las partes creativas y orientadas al consumidor de la empresa”.
La mala racha de la compañía comenzó desde el año pasado, cuando la compañía despidió al 8 por ciento de su personal y cerró 50 tiendas, plan que fue ejecutado por Larsson, quien en ese entonces contaba con el apoyo total de Lauren.
Por su parte, Larsson refirió estar comprometido para continuar ejecutando el plan que tiene Lauren, como es fortalecer los lazos entre la compañía y las tiendas minoristas del vestido, como Amazon, H&M, Forever 21 y Zara.
La salida de Larsson de la firma de lujo textil ha llegado acompañada de una caída del 5 por ciento en sus ventas, mientras que los ingresos netos bajaron 12 por ciento en el último trimestre, que ascendió a mil 780 millones de dólares, mientras que sus beneficios se redujeron cerca de 82 millones de dólares.