De acuerdo con Statista, únicamente en el sector de renta de música, se espera que para el año 2020 se generen más de 13 mil millones de dólares, donde 7 mil quinientos millones son generados únicamente a través de servicios de streaming, plataformas en las que el contenido se adquiere por medio de una renta mensual.
Es decir, dentro de cuatro años más del 50 por ciento de los ingresos generados por la adquisición de canciones y discos será gracias a un modelo de renta.
Rentar contenidos es algo común, sobre todo gracias a la alta penetración de internet y de los dispositivos a través de los cuales se consumen.
No obstante, la renta de contenidos no se limita a formatos multimedia, también en el caso de aplicaciones y software en general, la renta parece estarse imponiendo al modelo tradicional de compra
Por ejemplo, la licencia con la que adquirimos el software tiene una fecha de caducidad o puede ser revocada en cualquier momento, e incluso se han presentado controversias por ello, como en noviembre de 2015, cuando cientos de usuarios encendieron sus Mac y se dieron cuenta de que no podían utilizar sus apps por un error masivo en la verificación de licencias.
Sin embargo, a pesar de estos inconvenientes, hasta ahora los consumidores mantienen su preferencia por el modelo de renta, lo cual se puede evidenciar si se analiza el creciente número de plataformas dedicadas a este modelo de negocios, versus el modelo tradicional de compra.
Para ejemplificar el caso anterior, cabe resaltar el lanzamiento de Gamefly, nueva plataforma de videojuegos por streaming de Total Play, la cual replica el modelo de negocios propuesto por marcas como OnLive y posteriormente PlayStation Now.
En todas las marcas mencionadas, la única posibilidad de acceder al contenido es mediante un plan de renta, en cambio, son cada vez más escasas las tiendas y plataformas en donde se puede adquirir contenido con un modelo de licencia perpetua.
En conclusión, la oferta y la preferencia de los consumidores se encuentra completamente inclinada hacia el consumo de contenidos de entretenimiento bajo un modelo de renta.