Minutos después de ser investido como presidente de los Estados Unidos, Donald Trump reiteró una de las principales promesas de su campaña: renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Mediante un mensaje en la página oficial de la Casa Blanca, el nuevo gobierno anunció que prepara una estrategia para la revisión del tratado comercial que mantiene con Canadá y México.
Al respecto, vale la pena acotar que, de acuerdo con información del Departamento de Comercio estadounidense, el 81 por ciento de las exportaciones que se reciben provienen de México, las cuales en su mayor parte se concentran en el rubro de los alimentos y las bebidas.
Las amenazas de renegociación también han sido acompañadas por intenciones de Trump de establecer un arancel de 35 por ciento a todos los bienes que ingreses a su país desde México. Y si bien esta amenaza apuntó específicamente hacia el sector automotriz, se podría esperar que una eventual aplicación de esta medida también afecte las importaciones de alimentos.
El Departamento de Agricultura norteamericano afirma que el 69 por ciento del valor de las importaciones de verdura proviene de México, por lo cual un arancel sobre ellos deberá generar un aumento de los precios de estos productos para los consumidores en Estados Unidos.
Del lado mexicano, la cotización del dólar con respecto al peso ya ha puesto presión sobre este asunto. Muchos de los productos de higiene personal, e incluso alimentos como el maíz, se exportan del país vecino.
Estimaciones del Grupo Consultor de Mercados Agrículas afirmaban que el 92 por ciento de las importaciones de pollo realizadas por los comerciantes del país provienen de los Estados Unidos, lo cual explica en buena medida el disparo de su valor en los puntos de venta.
Del mismo modo, deberá tenerse en cuenta que muchos de los insumos y materias primas que se utilizan para la elaboración de productos en México son importados desde Estados Unidos.
Y ello afecta también al consumidor estadounidense, ya que gran parte de ellos sirve para generar bienes y mercancías que van de vuelta. Así lo afirma El Universal, al destacar que una tercera parte de las empresas que producen en México son trasnacionales de aquel país, las cuales se establecen aquí con la intención de abastecer las demandas de ambos mercados.
Así, los gobiernos de las dos naciones deberán tener en cuenta que uno de los bienes más comercializados en el marco del TLCAN constituye una buena parte del gasto de los hogares de sus respectivas poblaciones.
Así, la renegociación de este acuerdo, lejos de pensarse como una que afectará únicamente a las empresas importadoras y exportaciones de bienes, debe ser vista como una oportunidad para conocer los alcances de los canales comerciales establecidos hace más de 20 años entre los tres países que conforman América del Norte.