Por Abraham Geifman
Twitter: @ageifman

“Los Insights desnudan el alma de los consumidores y
abren las brechas para llegar a sus corazones”
@cristinaq

Estamos acostumbrados a consumir y respirar acciones de mercadotecnia orientadas a la venta de productos y/o servicios y un poco para política en tiempos electorales. Sin embargo cada vez se dan esfuerzos de índole mercadológico alrededor de ideologías, credos o religiones.

Con gran curiosidad al respecto, desde hace algún tiempo me di a la tarea de documentar anuncios urbanos relacionados con religión y encuentro interesantes ejercicios de comunicación con un intento un tanto limitado de impactar al público.

Hacer de la religión algo cotidiano para los jóvenes es quizás la Propuesta Única de Venta o USP de estos esfuerzos, en los que se pretende comunicar que la religión está “in” dentro de nuestras vidas.

Ajeno a la sobriedad con lo que los mensajes de credo nos tienen acostumbrados, les comparto algunas imágenes captadas desde mi teléfono celular en las que el común denominador es el target, el lenguaje lingüístico y gráfico:

El lector puede apreciar el uso de colores, frases y elementos más empáticos con los jóvenes. Decir que “jesús está chido” con un personaje emulándolo pero con una sonrisa y señalando al letrero lo lleva quizás al extremo pero sin duda llama la atención.

En la segunda imagen se percibe un intento de llevar la religión al plano cotidiano y compararlo con los gadgets que nos acompañan.

La tercera imagen muestra una comunicación más discreta que invita quizás a evitar la unión libre.

Varios de estos esfuerzos nos llevan a un sitio llamado Catholic.net, que ofrece una amplia gama de canales de comunicación entre y para feligreses, incluidas las redes sociales, en un intento por modernizarse y acercar a un público quizás alejado de los templos.

Llama la atención de estos ejemplos el trabajo creativo previo que busca con éxito llamar la atención. Me queda sin embargo la duda sobre el verdadero impacto de estos recursos, sin duda novedosos en el sector de la fe de nuestro país. Es evidente que estas piezas ofrecen un producto para jóvenes, pero a base de explicar el “Qué”, pero falta explicar el  “Cómo”, que sin entrar en discusiones religiosas, es el tema a redondear.

Es como hablar de un almacén en oferta, donde el Qué sería: “Ven y disfruta de nuestra venta nocturna…” y el Cómo sería: “…donde encontrarás 20 por ciento de reembolso en monedero electrónico y hasta 18 meses sin intereses con tarjetas participantes”. Hablar de credo o ideología sin duda es un reto porque persuadir con el Cómo con argumentos racionales o emocionales puede ser complicado.

Y es aquí donde podemos hablar de actividades BTL para reforzar dicha estrategia. Pensemos en llevar las comunidades de lectores a sitios religiosos hacia pláticas o eventos enfocados en el propósito mismo, o a una estrategia integral de relaciones públicas, complementaria al concepto de la campaña en turno.

Finalmente, quiero ser muy claro y respetuoso con el esfuerzo que cualquier corriente ideológica y religiosa tiene por derecho a comunicar, pero invito a los colegas a reflexionar sobre salidas para “aterrizar”  los beneficios y valor agregado para el usuario final, tal y como se logra con éxito en la competencia diaria con tantos productos tangibles.