Pues literalmente el impacto ha sido a partir de los hogares, trabajos, negocios y calle y hoy se debate con un gobierno aturdido ante la *sindemia con presagios que generan gran incertidumbre y mucho miedo.Ā
Durante la actual crisis sanitaria, hemos visto un gobierno insensible ante las necesidades de un sector importante de la sociedad, que no obstante su obligado confinamiento, les ha mantenido altas las tarifas de electricidad, agua y energĆ©ticos en general, casi en los mismos niveles previos a la pandemia, sin dar apoyo alguno ante las pĆ©rdidas de empleos o cierre de negocios de muchos padres y madres de familia de todas las clases socioeconĆ³micas del paĆs.
La condena de estar enfermoĀ
Virginia Woolf (1882 – 1941) escribĆa, en su breve ensayo Estar enfermo: āEn la literatura la enfermedad no es uno de los temas principales, como el amor, la guerra o los celosā, dicho ensayo aparece en enero de 1926 en The Criterion, la revista de T. S. Eliot, y remata subrayando que āno existe un registro de esta cotidiana tragedia del cuerpo y de que la literatura y el lenguaje se ocupan poco de la enfermedadā.Ā
āPara la escritora inglesa, que padeciĆ³ muy de cerca los estragos de la enfermedad, tanto propia como de seres queridos, se vuelve hasta natural abordar a travĆ©s de la ausencia de la salud pasajes biogrĆ”ficos, crĆtica social y literaria, y hasta notas humorĆsticasā.Ā
Escribir acerca de la enfermedad y sus efectos en la salud, en la economĆa y en la sociedad no es tema fĆ”cil ya que implica una gran responsabilidad para el que lo hace, y, ademĆ”s, exige tener cierto dominio del lenguaje apropiado. No obstante, lo anterior, compartimos estas lĆneas acerca de los efectos en la sociedad producto de la pandemia por Covid-19, que ha degenerado en sindemia y de āsu acompaƱanteā, el confinamiento en mĆ”s de 500 dĆas de aislamiento social, familiar y laboral.Ā
Una enorme estela de dolorĀ
En el mundo y en MĆ©xico la pandemia Covid-19 ha dejado una enorme estela de sufrimiento convertida en enfermedad y muerte; en este paĆs se seƱalan cifras de mĆ”s de dos millones de contagiados y algunos cientos miles de muertos; las cifras extraoficiales, basadas en investigaciones por parte de centros reconocidos a nivel nacional e internacional, reflejan proporciones muy superiores a lo dicho por el gobierno mexicano.Ā
Durante la pandemia, que no ha acabado, se han vivido historias de consternaciĆ³n y angustia de personas en situaciones de incertidumbre, de bĆŗsqueda de centros de atenciĆ³n pĆŗblica, los cuales llegaron a estar saturados o desorganizados, sin recursos econĆ³micos y financieros y con gente sin capacitaciĆ³n. Se han visto casos de contagiados que tuvieron la necesidad de asistir a centros privados desembolsando altas cantidades no previstas de dinero y con enorme desgaste emocional y fĆsico. Cientos de miles de personas ha vivido y viven situaciones de enorme tristeza ante los fallecimientos no esperados y el desasosiego por el tema funerario, sin haber podido acompaƱar y tranquilizar a sus enfermos en las horas de agonĆa y sin cumplir con ritos familiares o religiosos.Ā
Ćpica del cuidadoĀ
En las enfermedades lo que se espera es la compasiĆ³n, acompaƱada de la acciĆ³n, ya sea de apoyo fĆsico, anĆmico y econĆ³mico, como nos lo recuerda la famosa epĆstola de Melchor Ocampo que se leĆa cuando uno se casaba por lo civil, aquella de āen la muerte y en la enfermedadā.Ā
HeroĆnas y hĆ©roesĀ
En las grandes crisis se genera, a nivel social, un sentimiento que se traduce en decidida acciĆ³n responsable, con sentido humano de solidaridad y subsidiariedad por parte de las personas, hombres y mujeres, en especial de los integrantes de los organismos de la sociedad civil organizada. Podemos hacer una lista enorme de personas, grupos y organismos de la sociedad civil que han sido verdaderos hĆ©roes y heroĆnas en todos los sectores durante esta crisis sanitaria.Ā
Por ejemplo, en el sector salud: mĆ©dicos, enfermeras, camilleros, conductores y voluntarios de ambulancias, personal de limpieza, personal administrativo, por supuesto los becarios. En sectores adjuntos: trabajadores de las funerarias, de los panteones y un interminable etcĆ©tera. Muchos han sobrellevado la ansiedad y experimentados momentos de pĆ”nico, y cuando un paciente fallece, han sufrido vĆvidamente la situaciĆ³n; todos ellos han cumplido un papel crucial en esta batalla, donde ser fuertes, compasivos, tolerantes y muy humanos es su Ćŗnica y saludable opciĆ³n.Ā
Un colosal reto para maestros, alumnos y padres de familia
En el Ć”rea de la educaciĆ³n, maestras, maestros y alumnos tuvieron que adaptarse y enfrentarse a un desconocido proceso de enseƱanza – aprendizaje, con situaciones no previstas con los alumnos, con la tecnologĆa, y en muchos casos, con las autoridades, ante un nuevo contexto que alterĆ³ sus programas, sus planes y finanzas, lo que se replanteĆ³, sin estandarizaciĆ³n alguna, todo el sistema educativo.Ā
En el hogar es el lugar en el cual confluyeron actividades no propias del hogar, donde supone es un lugar de privacidad y de descanso, para convertirse, de la noche a la maƱana, en gimnasio, oficina, restaurante, escuela, etcĆ©tera, y muchas de estas familias sin recursos econĆ³micos, financieros y de espacio para resolver este nuevo contexto.Ā
Cuentas claras ante una huella imborrable
āEl pasado es un lugar de referencia, mĆ”s no de residenciaā: Dr. Willie Jolley.Ā
Entendemos que esta pandemia de Covid-19 en algĆŗn momento pasarĆ” a la historia como un capĆtulo de la vida de las personas y de las naciones, que dejarĆ” una huella imborrable por haber alterado los cimientos de la sociedad, con millones de familias afectadas por el fallecimiento de sus seres queridos, de sus compaƱeros de trabajo, de colaboradores, de amigos, muchos de los cuales no tenĆan por quĆ© morir.Ā
La pandemia o sindemia llegarĆ”n a domarse, pero permanecerĆ”n cuentas por saldar de gobiernos y polĆticos irresponsables, indiferentes, dado que, por la grave afectaciĆ³n a la moral, a la economĆa y a la salud de las personas, familias, comunidades y naciones habrĆ” que someterlos a juicio, no permitir la impunidad por dichas cuentas a saldar. Debemos tener muy presente en el tiempo a los organismos de la sociedad civil vilipendiados, la clase media ninguneada, los padres de niƱos con cĆ”ncer olvidados, despreciados, vilmente ofendidos y muchos sectores abandonados a la mano de Dios.Ā
La persona es primeroĀ
āEl que tiene salud, tiene esperanza; quien tiene esperanza, lo tiene todoā ā¦Ā
El ser humano debe ser el centro de las acciones de la sociedad civil y de los gobiernos. Por sus caracterĆsticas, se plantea que mĆ”s que una pandemia es una *sindemia, que es la suma de dos o mĆ”s epidemias. El editor jefe de The Lancet propone analizar al virus desde un enfoque biolĆ³gico y social, de ahĆ dicho tĆ©rmino, y es aquĆ donde hacemos Ć©nfasis en fortalecer una sĆ³lida cultura humanista en la familia, en las comunidades, en el trabajo, entre los gobernantes y en cada uno de todos los integrantes de la sociedad.
Para concluir, necesitamos que esa cultura humanista anteponga a la persona en todos los aspectos de nuestras vidas; la persona es primero, sin olvidar que, a final de cuentas, āsomos los demĆ”s de los demĆ”sā y que ācon la vara que se mida seremos medidosā, como nos recuerda la Biblia.
* Una sindemia es la suma de dos o mĆ”s epidemias o brotes de enfermedades concurrentes o secuenciales en una poblaciĆ³n con interacciones biolĆ³gicas, que exacerban el pronĆ³stico y carga de la enfermedad.
Nota: si estĆ”s de acuerdo comparte esta colaboraciĆ³n y recuerda, no bajemos la guardia y sigamos con el #QuĆ©dateEnCasa y por favor #UsaCubrebocasĀ