Como disciplina creativa y productiva, el marketing busca generar relaciones de largo plazo entre el consumidor y la marcas, sus productos y servicios. Una manera de lograrlo es a través del establecimiento de lazos que llegan a involucrar a las emociones, y entre otros, los objetivos que se enumeran a continuación.
- Beneficio palpable para el consumidor
- Menos tiempos entre conciencia del producto y su compra y compra
- Posibilidades reales de diálogo entre el consumidor y quien suministra el producto.
- Generar experiencias significativas que puedan guardarse en la memoria del consumidor.
- consumidor como protagonista de la experiencia, sin importar que el producto adquiera un papel secundario.
- Rentabilidad a largo plazo.
La capacidad de todo mercadólogo o profesional del marketing debe centrarse en la realización de estos objetivos y coloca al consumidor en la posibilidad de llegar a una posición de empoderamiento que antes tal vez no podía ostentar.
Cuando el consumidor logra sentirse poderoso se potencian las posibilidades de lograr una bula penetración de una marca en la imaginación del consumidor y lograr buenos niveles venta para el producto o el servicio.
Garanizar la calidad en el servicio para brindar calidad en una estrategia de marketing brinda la posibilidad de conocer, de manera directa, qué es lo que tiene que decir el consumidor, qué es lo que necesita, qué opinión le merece el producto.
Hablamos de una una oportunidad beneficiosa tanto para el consumidor como para quien suministra el producto o servicios, es el beneficio de entender las necesidades del consumidor y saber ofrecer una respuesta convincente que es más apreciada que un mensaje publicitario vistoso, pero deshonesto.