Hace exactamente un año cambié al sistema Android y a un teléfono Samsung Galaxy Flat. Al principio, me apantallé, fue como un deslumbramiento. Una amor a primera vista que terminó como en una aventura sexual de una noche, de esas que cuando despiertas tu principal preocupación más allá de saber el nombre de con quién amaneciste, es buscar el condón y descubrir si es tu casa o no.
Como influenciador que soy, en mi romance con Android me convertí en promotor de Samsung y detractor de todo lo que fuese iPhone. Me radicalicé. Me propuse “Mugrosear” y destilar veneno para los usuarios de Iphone, que yo percibía como ingenuos y población naif. Sólo consumidores robot de todo lo que lanzara iPhone al mercado, así fueran piedras.
Al ser pretencioso perdí. La realidad me golpeó a cachetadas. No sólo la interface fue compleja para mí, simplemente no era el teléfono para mi estilo de vida. Yo grabo mucho video, posteo muchas fotos y uso muchas aplicaciones.
Experimento cada día en la programación de aplicaciones y es complejo porque siempre que lanzan una aplicación , es probada en Latinoamérica primero en Apple y luego en Android. No se trata de decir que los teléfonos Samsung sean de mala calidad, de hecho, en su productos de lujo los materiales son buenos y pretenciosos. Están perfectamente diseñados para esta necesidad “Wannabe” de demostrar el estatus social mediante tu teléfono. Quizá es por esto que los usamos como escudo para que nos perciban por encima de lo que somos. No me canso de ver como en comidas de trabajo, muchos desenfundan sus celulares para demostrar indirectamente quienes creen que son. Lo que fue la puntilla de mi decepción después de mi romance con Abdroid y Samsung, fue su centro de servicio justo debajo de su corporativo. Al que llegué después de que mi teléfono perdió su valor de garantía después de varias reparaciones. Era como entrar a un centro de atención a clientes de Telcel, me aplicaron el clásico tome una ficha y espere su turno.
Me trataron como un paciente más en un hospital del sector público. Entonces, hasta ahí llegó mi amor. Salí del centro de servicio y corrí a una tienda Mac, desenfundé mi tarjeta de crédito y me compré in IPhone 6 de 114 GB. Como muchos, volví al origen.
¿Por qué mucha gente está volviendo a iPhone?
- Porque IPhone nos descuidó como clientes durante más de 8 años y se sentaron en sus laureles pensando que el dios Steve Jobs les generaría millonarias ventas por designio divino y magia.
- Porque los clientes si se ganan, se tienen que conservar.
- Porque IPhone es el origen y fuente de los teléfonos inteligentes. Los más orgánico e intuitivo. Menos es más.
- Porque si los clientes no se cuidan, se van con quien lo trate mejor. No necesariamente lo más económico.
- Sólo aquel que sabe de dónde viene, sabe a dónde va. La denominación de origen te da claridad. Y al César lo que es del César y a iPhone los teléfonos inteligentes.