Por primera vez en 20 meses se vio una multitud en la Ciudad de México, cerca de 372 mil personas acudieron al Autódromo Hermanos Rodríguez durante 3 días, para disfrutar del espectáculo de la F1. Las imágenes hablan por sí solas y conmueven, es la primera vez que, en la capital y en todo el país se retoman las actividades con lo que ello implica: han decaído los contagios y las muertes que provoca esta pandemia y además la economía retoma su actividad, este evento dejó una derrama por 14 mil 375 millones de pesos el equivalente al presupuesto que la capital destina para la Obra Pública. 

La F1 logró atraer una ocupación hotelera en toda la ciudad de 63.7 por ciento, mientras que en las zonas cercanas al Autódromo se alcanzó un 97 por ciento, lo que significa un avance importante en comparación con la ocupación de 23 por ciento que se registró en noviembre del año pasado.

El dinero se mueve, (al fin), no sólo en beneficio de los grandes empresarios o de los hoteleros, para todos es bueno. Para la realización de la F1 se requirieron miles de personas, tan solo en el sector logístico se tuvieron que transportar los automóviles y sus piezas de repuesto: motores, y neumáticos, combustible, equipos de televisión, carpas y demás mobiliario, equipos informáticos e incluso aparatos de radio y auriculares para la comunicación, en total mil 400 toneladas que llegaron por aire, mar y tierra, lo que representa un enorme esfuerzo pero también un gran círculo virtuoso que dejó mucho dinero a su paso.

El gobierno que encabeza, Claudia Sheinbaum, calculó que la derrama generada por los servicios turísticos que alcanzó 2,183 millones de pesos lo que equivale al ingreso por un año del 75 por ciento de los trabajadores actualmente registrados en los servicios de alojamiento en el Instituto Mexicano del Seguro Social.

En el país hasta ahora han muerto, oficialmente, 290 mil personas por Coronavirus, es decir, el promedio de personas que acudió al Autódromo y cada día mueren cerca de 260 personas por esta enfermedad, por ello, no es momento de echar las campanas a vuelo, en Asia y Europa ya se han registrado nuevas olas de la epidemia, en China, por ejemplo, los aeropuertos de Pekín han cancelado cientos de vuelos debido al endurecimiento de las normas de viaje para frenar nuevos brotes de COVID-19, sin embargo, el ánimo por retomar las actividades existe. 

Ya la semana pasada se habían reunido 1.3 millones de personas en el Centro Histórico y en Paseo de la Reforma para observar el desfile de Día de Muertos. Poco a poco el cubre bocas deja de ser un artículo indispensable y ello responde a que en la capital se han registrado mínimos históricos de ingresos hospitalarios con el puntaje más bajo en los indicadores de la pandemia de Covid-19, al ubicarse en 3.5 de los 40 puntos considerados en el semáforo epidemiológico. 

No hay economía en el mundo que aguante tanto tiempo detenida o con actividades parciales por lo que el regreso a las actividades es una excelente noticia que se suma a la recién apertura de la frontera entre Estados Unidos y México que ya permite que los viajeros totalmente vacunados entren para realizar actividades no esenciales como el turismo y las visitas familiares.

¿Es momento de planear la cena de navidad con más personas que el círculo familiar, del regreso de los niños plenamente a clases, de la vida en las oficinas, del ejercicio, de salir sin temor?, la respuesta es una decisión personal, lo que es seguro es que el virus permanecerá y la mejor manera de sobrellevarlo es la adaptación.