Una vez más, Netflix ha aclarado que la saga de Harry Potter no llegará a Latinoamérica. El hecho tiene trascendencia porque, a pesar de que el servicio de streaming ha repetido en diversas ocasiones que la exitosa serie del mago aún no llegará para los fanáticos latinoamericanos, algunos medios como Forbes, comunicaron desde esta mañana que las películas inspiradas en la obra creada por J.K. Rowling, serían lanzadas en un maratón para países latinos, incluido México.
Al momento de la redacción de esta nota, el error persiste en el sitio web de Forbes, mientras que otros medios como Grupo Fórmula o Sin Embargo, han modificado sus titulares y contenido para aclarar que el arribo de las historias protagonizadas por Harry, Hermione y Ron sólo será efectivo en el mercado español.
Desde su cuenta oficial para el mercado latinoamericano, Netflix volvió a aclarar que el lanzamiento no aplicaría para América Latina. De hecho, en la descripción de su perfil, hace eco de las demandas de sus usuarios que exigen la llegada del mago a su pantalla.
Lamento informarte que no será así.
— Netflix Latinoamérica (@NetflixLAT) 1 de febrero de 2019
¿Redes sociales más confiables que los medios?
El incidente pone sobre la mesa un debate que por años ha causado ruido en la industria mediática, mismo que tiene que ver con las tasas de credibilidad que tienen las redes sociales versus los medios de comunicación, y aunque estos últimos han ganado puntos en la batalla como consecuencia del fenómeno de desinformación y fake news que crece en espacios como Facebook o Twitter, lo cierto es que desatenciones como las que exhibe el caso anterior, es un llamado de atención para renovar el valor de los medios de comunicación en la era digital.
De acuerdo con el Edelman Trust Barometer de este año, las fuentes de información más convencionales están ganando la batalla en términos de confianza.
Según este indice de medición, hace apenas un año la mitad de los encuestados afirmaba haber dejado de lado los medios de comunicación convencionales por considerar que “iban a la caza del clic, ofrecían información sesgada y resultaban demasiado perturbadores para su lectura”. Menos de un año después, la complejidad y caos que caracteriza a las redes sociales como consecuencia de los innumerables problemas de información falsa ha provocado un cambio importante en la tendencia.
Mientras los medios registran un nivel de confianza histórico, las plataformas sociales pierden terreno en esta arena, lo cual resulta en “enormes brechas de confianza” entre la mayor seguridad informativa que ofrecen los medios de comunicación tradicionales y las búsquedas por internet (que empatan con un 66 por ciento) y las plataformas sociales (43 por ciento).
Aunque estás cifras hablan de la vigencia de los medios de comunicación como fuentes de confianza, lo cierto es que las prácticas de verificación no deben perders