Por ahora es un porcentaje menor, pero va en alza y lo que resulta más novedoso es que no son solo las personas sino también las marcas, las que se preguntan si vale la pena mantenerse conectados en todo momento.
El turismo digital-free, el detox digital o las comidas o reuniones sin celulares en la mesa ya son una tendencia. Incluso entre los más jóvenes son muy valoradas las ventajas de usar el “modo avión” en sus celulares mientras estudian.
Pasamos del FOMO (Fear Of Missing Out o miedo a perdernos algo) al JOMO (Joy Of Missing Out o la alegría de desconectarse) porque las promesas que las personas asociaban a la conexión como la de tener mayor libertad y capacidad de relacionarse con los demás no sucedieron así, al contrario. A esto sumemos que la hiperconexión que generó la pandemia hizo que se borraran los límites entre nuestra vida personal y profesional. Ahora lo in es estar out.
“En un lugar mejor. En la bañera con un buen libro; mimándote con una mascarilla y un té; o disfrutando de un poco de aire fresco… Te invitamos a estar en un lugar mejor para tu salud mental”, con este mensaje se alejaba de las redes sociales la marca británica de cosmética Lush invitando a sus seguidores a destinar su tiempo en otras cosas que no sea estar conectados. La compañía abandonó, temporalmente, Facebook, Instagram, Snapchat, WhatsApp y TikTok, hasta que estas plataformas puedan ser un entorno más seguro para quienes las utilizan.
Para las celebrities como Justin Bieber o Ed Sheeran que se “desintoxicaron” de sus redes sociales durante un tiempo funcionó pero, ¿podría una marca sobrevivir sin estar en redes sociales? Claro que sí, aunque no son muchas las que se animan porque como bien sabemos son la mejor opción para dar a conocer el relato de una marca y conectar con su público consumidor. Sin embargo, como dice la frase nadie es imprescindible y las redes sociales tampoco. La británica Lush, conectará con su consumidores desde su página web, mediante estrategias de e-mail marketing y en persona en sus tiendas físicas.
Hoy la notoriedad y la diferenciación también pasan por hacer lo que nadie haría y las marcas que no venden exclusivamente online y cuentan con una sólida reputación, pueden aprovechar eso porque no se trata de desaparecer sino de usar las redes de otra forma y buscar diferentes maneras de comunicar su diferencial. Finalmente, las redes sociales son un canal eficaz de comunicación, pero no dejan de ser eso, una herramienta. Un medio para un fin, pero no el fin en sí mismo.
El debate sobre redes sí o no y su impacto en la vida de las personas ya está abierto. Las marcas lo saben y algunas se unen a esa conversación, el desafío será saber leer y entender esta tendencia que crece, la de la tecnología consciente.