La democracia que impera en el marketing de influencia, permite que diversas personalidades aprovechen el alcance de las redes sociales, sin importar la industria en la que se desempeñen.
De esta forma ha sido posible ver rankings de firmas como el publicado por InfluencerDB, donde coloca a Michelle Obama como la política líder en Instagram, seguida de Barack Obama, Narendra Modi, Donald Trump, Joko Widodo, Ani Yudhhoyono y Hillary Clinton.
Con acciones que logran integrar una rama más del marketing político digital, personalidades como Sarah Palin se estrenan en su papel de influencers, luego de que comenzó a publicar imágenes y mensajes en su cuenta de Instagram, donde promocionaba un té con un código de compra.
“Como una mamá ocupada, necesito toda la energía que puedo obtener, pero el café me hace chocar a mediodía y me da miedo sentirme floja (¡y a veces no tan súper amigable para los niños!)”, asegura en su mensaje en el que promociona la bebida como sustituto de café y con la que ha logrado mantener un intenso ritmo diario de actividades.
Esta no es la primera vez que políticos de Estados Unidos se convierten en personalidades comerciales polémicas.
Al Gore se hizo famoso por la agenda ambiental que promocionaba y que incluso lo llevó a cofundar cadenas de televisión como Current TV.
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