Recibir una respuesta negativa es tan poderosa que puede mover nuestras emociones, hacernos dudar o simplemente darnos por vencidos; sin embargo, un “no” puede tomarse de manera positiva para aprender de la situación y mejorar en nuestro trabajo día con día.
Cuando lo sabes tomar de manera constructiva, podrás impulsar tu negocio identificando tus áreas de oportunidad, o incluso, tus habilidades para hacerte más fuerte. De igual modo, un “no” a tiempo te evitará relaciones profesionales que te frenarán a crear alianzas innecesarias que no te van a sumar para lograr tus objetivos.
¿Cómo darle la vuelta al rechazo?
Evita tomarte las cosas de manera personal, pues un “no” a una idea, propuesta o proyecto tuyo puede ser por diversas situaciones ajenas a ti. Además, practicar la escucha activa te será de mayor utilidad que intentar convencer al otro para que cambie su respuesta por un sí.
¿Todos los “no” son iguales?
Cuando presentes una idea y obtengas una respuesta negativa es importante que identifiques desde dónde proviene ese no para que puedas actuar en consecuencia. Guíate por estos 3 tipos, ya que los “no” no siempre son iguales:
1. El “no” sin conocimientos.
Este tipo de rechazo proviene de alguien que no cuenta con la capacidad de comprender lo que propones por falta de conocimientos en el tema.
Si la persona da la pauta, explica más a profundidad y da ejemplos para que pueda comprender de mejor manera tu idea; si no está interesado, no lo tomes como algo personal, más bien no conecta contigo, pues no está familiarizado con los conceptos que manejas.
2. El “no” atareado.
En este caso, la persona que te lo dice es porque está sobrecargada de información y actividades; por ello, su mente y agenda no tienen espacio para procesar tu propuesta.
Agradece el tiempo brindado y sigue adelante. Recuerda que, si no se dio, es porque el otro tiene sus pensamientos en otras cosas.
3. El “no” analítico.
Este tipo de negativa es el que más útil te resultará, pues quien te lo diga hará preguntas sobre tu idea, analizará tus respuestas y te brindará retroalimentación y una crítica constructiva sobre ello.
Este tipo de “no” te ayudará a identificar las áreas de oportunidad de tu proyecto para hacer los cambios necesarios y fortalecerlo.
En ocasiones, manejar el rechazo puede ser complicado y en especial en los primeros dos tipos; sin embargo, con el tiempo y experiencia aprenderás a identificar cada uno de ellos y decidir cuál dejas ir, cuál agradeces y de cuál aprendes.
Recuerda que, como líder, tu trabajo es guiar y ser resiliente al cambio y/o resultados no esperados para poder obtener finalmente un SÍ.