Cuando se lleva a cabo un proceso de renovación que pretende apuntalar una marca siempre hay temores que pueden surgir por parte del cliente y es tu responsabilidad, como creativo renovador de la imagen, que garantices el menor riesgo
A continuación, los cinco riesgos en los que puedes caer y que más preocupan al cliente
1.- Que la marca no describa sus beneficios ni la de sus productos
Los mensajes elaborados para proyectar a una marca deben ser capaces de describir sus ventajas y establecer conexiones emocionales o cognitivas con el cliente y generar una empatía de intereses que, aunque tengan distintos objetivos finales, sí pueden encontrarse dentro de un proceso de promoción.
2.- Que la marca pierda su reputación
Siempre se corre el riesgo de que la buena fama ganada por las marcas se esfume al momento de desarrollar un nuevo plan para su promoción. Debe considerarse la reticencia de los clientes hacia el cambio y encontrar alguna conexión visual entre entre la nueva imagen y la que se venía mostrando con anterioridad.
3.- Que los mensajes propuestos no cohesionen a la marca y sus productos
Una nueva imagen de marca debe abarcar a cada una de las líneas y la divisiones que dependen de ella, tomarlas en cuenta a todas encontrar un punto de identificación que sea capaz de describir toda la filosofía y los beneficios que se obtendrán al consumir los productos.
4.- Que los nuevos mensajes sean incomprensibles
Siempre existe el riesgo de no lograr la empatía con el público objetivo, que los mensajes generados resulten incomprensibles o lejanos a sus códigos comunes. No debe olvidarse nunca que a quien se le habla es a una persona que debería convenserse de los beneficios de usar un producto determinado y hay que buscar que el lenguaje que dirige él sea el ideal.
5.- Que la marca no necesite ninguna renovación
Si las ventas van bien y mantienen una tendencia a la alza, si los mensajes existentes logran describir adecuadamente a los productos y sus beneficios y un nuevo proceso de branding no garantiza un éxito mayor, ¿para qué someterse al rebranding?