Se trata de unas gafas inteligentes de realidad aumentada (AR, augmented reality en inglés). Desde que se registraron las primeras patentes en 2015, mucho se ha especulado sobre este producto, sin embargo la compañía será precavida en su lanzamiento, buscando evitar socavar los ingresos que actualmente tiene de su producto estrella, el iPhone.
El tema del lanzamiento de las gafas AR para nada es nuevo, Google y Meta planean lanzar sus lentes inteligentes en la misma época, provocando competencia. Esto es bueno para los consumidores, sobre todo los que buscan nuevas tecnologías que sean disruptivas.
Hay una diferencia importante entre la realidad aumentada (AR) y la realidad virtual (VR, virtual reality en inglés). Cuando menos en sus inicios, se espera que las gafas de AR tengan una funcionalidad similar a las pantallas superpuestas a los parabrisas que tienen algunos vehículos como aviones y automóviles de alta gama (BMW, Cadillac, Land Rover y Mercedes-Benz lo incluyen). Adicionalmente, incluirán micrófono y bocinas inalámbricas o integradas para lograr una experiencia multisensorial.
Además, ofrecen información directa a los ojos y a los oídos sin distraer completamente la atención del mundo real. Aunque suene un poco intrusivo, algo similar ya sucede hoy en día con los smartphones, los usuarios caminan y se transportan completamente abstraídos por los dispositivos.
La inclusión de la VR vendrá a continuación. Quizás en un futuro cercano ambas se integren, y el consumidor se mantendría en la realidad mientras también accede al llamado metaverso donde podría percibir una realidad alternativa. Es de esperarse en un futuro cercano una migración del smartphone a los lentes o gafas inteligentes, primero con AR y posteriormente con VR.
La tecnología en este tema es tan disruptiva que nos hará evaluar la necesidad de seguir con nuestros dispositivos actuales, llámense smartphone, computadora o tableta, de la marca que sea. Quizás existan algunos temas pendientes de resolver como videollamadas donde nos vean en la pantalla, pero de seguro algo surgirá, quizás mediante un avatar u otro tipo de simulaciones gráficas que nos representen. Estas gafas serán en realidad computadoras portátiles que podremos controlar con nuestros ojos, voz o algún movimiento específico. Aprenderemos a interactuar con ellas como hemos aprendido a interactuar con el telégrafo, luego el teléfono hasta llegar al smartphone. Todo esto mientras vivimos nuestra vida.
Algunas preguntas que regularmente vemos con muchas tecnologías disruptivas son cómo se usarán, qué tipo de información almacenarán, qué tan fácil será accederla, si tendrá reconocimiento facial (¿queremos que nos reconozcan por la calle?), si ofrecerá información de los negocios por los que pasó, o si ayudará a mejorar mi visión. Otras preguntas que los consumidores buscarán conocer: ¿se ajustan a la luz del día y de la noche, garantizan que puedo leer cualquier documento, hacen traducciones a otro idioma de textos y audio, funcionarán mis apps actuales?
No cabe la menor duda de que tendremos una gama más amplia de opciones en dispositivos que interactúen en Internet y que nos generen productividad personal y profesional. La selección del dispositivo adecuado dependerá de cada persona y de las necesidades que busque satisfacer. Claro, siempre existirán los consumidores de nuevas tecnologías, así como aquellos tradicionalistas que tardan algo de tiempo en adoptar tecnologías nuevas y disruptivas.
Por: Dr. Jorge A. Wise, Profesor de Marketing y Negocios Internacionales de CETYS Universidad, miembro de la CETYS Graduate School of Business
