Uno de los argumentos comunes hasta la fecha, por el que los usuarios estarían instalando adblockers ha sido el de la preocupación sobre la excesiva personalización de los anuncios. Esos que parecen perseguir a los internautas donde quiera que vayan, una vez que se les ha ocurrido realizar una búsqueda en internet… Y de hecho, ese temor es real.
Así lo confirmaría el estudio de GlobalWebIndex, en el que se muestra que casi un 20 por ciento de los usuarios podrían ser clasificados como “Privacy Ad-Blockers”, aquellos que se deciden a bloquear la publicidad porque no desean los anuncios personalizados o porque les preocupa que se esté comprometiendo su privacidad online.
Pero el punto clave en este escenario, son los internautas que podrían ser considerados los “Frustrated Ad-Blockers” y que pueden describirse como aquellos que impiden la aparición de anuncios porque sienten que ocupan demasiado espacio de la pantalla, los consideran molestos, intrusivos o simplemente porque les parecen demasiados. De hecho un 28 por ciento de los que instalan adblockers están en esta categoría y que se mantiene de forma constante aun en los grupos de mayor edad.
Así que mientras las preocupaciones por la personalización y privacidad no son insignificantes, es la perturbación de la experiencia del usuario ocasionada por muchos de los anuncios online, lo que necesita ser entendido y atacado por la industria, de forma más urgente, para evitar que los usuarios acudan al bloqueo de la publicidad.