La cultura de innovación es un aspecto fundamental para el desarrollo y crecimiento de las empresas. Este proceso requiere que las personas que encabezan los proyectos de una compañía asuman retos y busquen realizar cambios para hacer más eficientes sus operaciones y, de esta manera, puedan alcanzar y superar sus objetivos.
Sin embargo, todavía existe cierta resistencia por parte de los ejecutivos para incorporar elementos tecnológicos en el día a día de los negocios. Durante la pandemia el proceso de transformación digital se aceleró y hoy, más que nunca, es vital que las empresas busquen innovar para ser más competitivas.
Existen diversos mitos alrededor de tecnologías como la Inteligencia Artificial. Se dice que las herramientas que incorporen este tipo de tecnología reemplazarán a los humanos, que sus costos son prohibitivos o que sólo las grandes empresas con enfoque tecnológico necesitan de esta tecnología. Estos argumentos han frenado una mayor incorporación de estas soluciones en los negocios y todos ellos son falsos.
Cuando la gente piensa en Inteligencia Artificial, de manera inmediata la relacionan con películas, series o libros de ciencia ficción. El concepto parece algo extraño para la mayoría de las personas, pero lo cierto es que buena parte de las empresas y usuarios conviven con esta tecnología de forma cotidiana, es decir, la Inteligencia Artificial ya no es el futuro, es el presente de los negocios.
El miedo a lo desconocido puede paralizar a los líderes, pero temerle a la Inteligencia Artificial y sus múltiples aplicaciones, es como temerle al éxito y en consecuencia puede tener diversas afectaciones negativas para un negocio.
En primera instancia, las empresas que no implementan estos elementos en sus procesos compiten en desventaja con otras empresas que sí los han incorporado. Recordemos que los modelos, por ejemplo, de Machine Learning toman tiempo en madurar y si bien algunas aplicaciones tienen efectos en el corto plazo, los resultados significativos se dan a largo plazo, por lo que ganar tiempo es vital.
Los ejecutivos de las empresas deben de tomar en consideración todos estos elementos antes de decidirse. A mediano plazo, no apalancarse de la tecnología y del análisis de datos para mejorar sus procesos puede ser una decisión que saldrá más cara de lo que imaginan. Y a eso sí hay que temerle.
Derribando las barreras del miedo
Las empresas deben de tener muy en claro qué áreas buscan mejorar, ya sea en aspectos de logística, atención al cliente, análisis o el producto en sí, y, con base en esto, poner en marcha su proceso de innovación, ya que la Inteligencia Artificial tiene diversas aplicaciones que pueden impulsar las estrategias de una marca.
Existen diversos mitos en contra de aplicar Inteligencia Artificial en las empresas, pero muchas de ellas carecen de fundamentos sólidos; sin duda, hay más argumentos de valor para sí considerar su implementación. Por ejemplo, esta tecnología puede optimizar y automatizar ciertos procesos rutinarios que le quitan tiempo a los trabajadores, el cual podrían utilizar para dedicarse a las tareas más sofisticadas.
La Inteligencia Artificial se puede encargar de cumplir perfectamente con éstas tareas repetitivas, mientras que el colaborador se enfoca en actividades más complejas que necesitan mayor atención y creatividad. La tecnología no viene para sustituir a una persona, sino a auxiliarla y esa alianza tecnología-humano tiene el poder de alcanzar nuevos horizontes.
La incorporación de la tecnología puede tener otros beneficios. Gracias a su capacidad para analizar grandes volúmenes de datos, los dirigentes de un negocio pueden tomar decisiones mejor informadas y más certeras, contar con datos más valiosos, además de desarrollar estrategias y planificaciones más efectivas.
Herramientas como los asistentes conversacionales (chatbots) pueden ayudar a generar un vínculo más cercano con el cliente. Los asistentes conversacionales están disponibles para responder las consultas de los usuarios siempre que estos lo necesiten, sin importar horarios ni fechas. La Inteligencia Artificial permite conocer mejor al consumidor y esto, a su vez, brinda la posibilidad de ofrecer una mejor experiencia y elevar su satisfacción.
Que nos quede claro: el futuro es ahora. La tecnología facilita muchas de las tareas que nos daban dolores de cabeza y crea nuevas oportunidades de negocio. La pelota está en la cancha de las empresas y sus ejecutivos. De ellos depende dejar de lado temores infundados, aceptar el reto y lanzarse para obtener los resultados que quieren; la otra opción es paralizarse ante el temor y ver cómo sus competidores crecen mientras ellos desaparecen poco a poco.