Por Alfredo Cervera
A pesar de los frenos económicos de los anunciantes, los profesionales del gremio dan un paso adelante para dejar a un lado el término publicidad e incursionar en otras vías de solución para los clientes.
Introducción
Con una inversión de seis mil 672 millones de pesos durante 2008, la publicidad mexicana observó un crecimiento del 7.66 por ciento, a pesar de las condiciones negativas del mercado estadounidense que dieron inicio a la recesión actual. En este panorama, McCann Worlgroup se erigió como la agencia con el mejor desempeño, gracias a la obtención de nuevos negocios de la talla de Nido y Wyeth. JWT le sigue los pasos con un periodo en donde obtuvo Jugos del Valle en su portafolio.
A diferencia de otros años, Ogilvy cae dos lugares porque, a pesar de un crecimiento moderado, perdió algunos proyectos como Pfizer, Champix y la parte de leches de Hershey’s. Por otro lado, una de las firmas que tuvo uno de sus mejores años fue Young & Rubicam, gracias a la asignación de Bonafont y cuentas de índole farmacéutico.
Ahora, en plena crisis, los publicistas tienen un panorama más difícil. Con la industria automotriz de Estados Unidos en reajustes y bancarrotas, la desaparición de bancos y la influenza que disminuyó la afluencia turística, la reducción en presupuestos, el enfoque en el negocio sobre la obtención de premios y la evolución del simple anuncio son las principales preocupaciones de los ejecutivos en las agencias. “Este es un momento de reposicionamiento. Si queremos sobrevivir, no podemos limitarnos a llevar a cabo la misma labor que en años anteriores. Se necesitan ensayar nuevos productos, innovar en opciones para los clientes”, destaca Nicolás Vale, presidente de Grupo Vale Euro RSCG.