Santiago, Chile.- Apenas comienza un año nuevo, empresas y agencias se concentran en buscar formas para conseguir más clientes. La acción es natural, pero muchas veces restan energías para el foco principal: fidelizar a los clientes antiguos.
Sin duda que la meta de conseguir más audiencia y consecuentemente más ventas es algo lógico y constituye uno de los principales objetivos de una campaña de marketing, pero el camino natural para hacerlo debiera ser por medio del sistema antiguo, el nunca bien ponderado “de boca en boca” (que ahora resulta bastante más fácil a través de redes sociales).
Las razones para cambiar el foco (o ampliarlo al menos) resultan más que evidentes.
Recomendación cercana. Al fidelizar a tus clientes habituales con acciones que los beneficien, estás enviando un mensaje a los nuevos: existe un vínculo basado en la preocupación de la empresa por su público. Esta información llegará directamente a ellos, de boca de los antiguos. Un cliente feliz trae más clientes.
Incremento de ventas. Aunque no consigas nuevos clientes, los que ahora tienes, si están conformes, no dudarán en satisfacer sus necesidades de adquisición en tu compañía y, probablemente, encontrarán otros ítems interesantes para seguir incrementando sus compras.
Conocimiento del producto. Es evidente que un cliente antiguo, es el que conoce el producto y la calidad del servicio. La facilidad con la que se realiza es mucho mayor que la que tendrás con un cliente potencial. Por lo mismo, la inversión en marketing será menor.
Finalmente, una de las claves para que tu empresa crezca es no dejar que se vayan los clientes. Si les prestas poca atención a los fieles, terminarán mirando para el lado. Y aunque la reflexión parezca demasiado evidente, basta hacer pequeñas investigaciones de campo con ciertas industrias, para ver cómo muchas empresas se equivocan dando más beneficios a los que llegan, que a los que ya están. Sólo piensa en las compañías de teléfono que ofrecen dispositivos gratuitos a los que se cambian a sus servicios, mientras que sus antiguos clientes deben esperar meses –juntando puntos- para obtener un aparato mejor. Lo mismo sucede con entidades bancarias, en el área educacional y en muchos rubros.
Previo a destinar recursos, piensa en tu cliente estrella, ponte en sus zapatos e imagina qué te gustaría recibir de tu marca preferida.