Luego de ocupar durante cinco años un lugar visible en el gabinete de la actual presidencia, Aurelio Nuño renunció a su cargo como titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en diciembre de 2017 para sumarse a la precampaña de José Antonio Meade.
Nuño Mayer, de 39 años, tomó la coordinación de un personaje que no figuraba como el elegido para mantener al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el poder y que se enfrenta a una todavía intacta ventaja del precandidato de la coalición “Juntos Haremos Historia”, Andrés Manuel López Obrador.
Es licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Iberoamericana (UIA) y maestro en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Oxford. En cuanto a su vida personal, está casado desde hace tres años con María Aliaga, quien es bailarina profesional de flamenco.
Su carrera política
El exfuncionario federal es considerado uno de los políticos más cercanos al presidente y comenzó a trabajar como asesor con Enrique Peña Nieto en 2010, cuando el presidente de México era gobernador del Estado de México (2005-2011).
Durante la elección de 2012, fue coordinador de Difusión dentro del equipo de campaña formado por decenas de priistas que comandaron Luis Videgaray y Miguel Ángel Osorio Chong. Más adelante, ya en el equipo de transición, fue coordinador de Educación y estuvo muy cerca de los trabajos de la reforma educativa.
Cuando comenzó el sexenio fue nombrado jefe de la Oficina de la Presidencia de la República. Se mantuvo en ese puesto hasta agosto de 2015, cuando el mandatario federal decidió ubicarlo al frente de la SEP en sustitución de Emilio Chuayffet.
Durante su estancia en la SEP, Nuño dio seguimiento a la implementación de la reforma educativa —la primera reforma estructural del sexenio—. Enfrentó la resistencia de los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y guió el diseño del Nuevo Modelo Educativo, que debe entrar en vigor en agosto de 2018.
Como uno de los funcionarios más visibles, el coordinador de los senadores priistas, Emilio Gamboa, lo ubicó como uno de los cuatro contendientes del PRI a la presidencia, junto con Meade, Osorio Chong y el secretario de Salud, José Narro. Nuño también fue medido en algunas encuestas, en las que aparecía debajo de otros priistas como el secretario de Gobernación.
La rencilla contra ‘López’
Una de las razones por las que el político mexicano que hacen fuerte a Nuño en la coordinación es por su antagonismo con el líder del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), ya que en julio de 2017, Nuño y López Obrador sostuvieron un enfrentamiento en redes sociales.
El pleito se dio a raíz del nombramiento del exdiputado federal de Nueva Alianza Fernando Bribiesca, hijo de la exprimera dama Marta Sahagún, como delegado de la SEP en Guanajuato.
López Obrador criticó la decisión en Twitter, a lo que Nuño respondió asegurando que el tres veces contendiente por la presidencia de México no tenía autoridad para hablar de nepotismo, pues tiene a tres de sus hijos dentro del partido que fundó.
El representante de Nuño y delegado de la SEP en Guanajuato es hijo de Marta Sahagún. No cabe duda que la Reforma Educativa es una maravilla
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) 29 de julio de 2017
Lamentables los ataques ad hominem de @lopezobrador_. La valía de las personas se conoce por sus acciones, no por sus familiares. https://t.co/Y4k1xggZo5
— Aurelio Nuño (@aurelionuno) 29 de julio de 2017
Nadie como @lopezobrador_ para pontificar sobre nepotismo; si no pregúntenle a sus tres hijos con cargos en Morena.
— Aurelio Nuño (@aurelionuno) 29 de julio de 2017
La crisis de ‘ler’
En noviembre de 2016, el ex titular de la SEP se convirtió en tendencia en redes sociales luego de que, en un acto público, una estudiante de primaria interrumpiera su mensaje y corrigiera su pronunciación.
“No se dice ‘ler’, se dice ‘leer’”, dijo la niña Andrea, en un episodio que dio lugar a la burla mediante memes y videos editados en las plataformas digitales.
Las críticas, principalmente hechas por la oposición, se centraron sobre las pocas capacidades que Aurelio Nuño tenía para dirigir la instancia que se encarga de impartir la educación del país.