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Scale AI es una compaƱĆa que ya vale mĆ”s de US$ 1.000 millones.
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Recibió fondos de Waymo y Uber, entre otros clientes que apuestan a sus desarrollos en Inteligencia Artificial.
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El cofundador y director ejecutivo es Alexandr Wang, un joven prodigio de Silicon Valley.
Para que los desarrollos de Inteligencia Artificial relacionados con las imĆ”genes tengan Ć©xito, necesitan de un sistema de captación de datos superpodoroso. Los “ojos” de las nuevas mĆ”quinas deben ser precisos y rĆ”pidos, detalles no menores y que implican miles de horas de estudios, miles de dólares de inversión y miles de personas trabajando.
DetrĆ”s de cada automóvil autónomo o de las tienda sin humanos de Amazon hay computadoras que fueron entrenadas para “ver” y “analizar” por ojos humanos. Juntos, software y personas, observan todo y aprenden a saber si estĆ”n al frente de un vehĆculo o de una flor, por ejemplo.
Todas esas observaciones se retroalimentan en un software de Inteligencia Artificial que luego aprende a hacer lo mismo de forma repetitiva, con el tiempo. Es un trabajo pesado detrƔs de la magia de estos desarrollos, analizan en Bloomberg.
Mucho de este trabajo lo estĆ” desarrollando una startup de apenas tres aƱos de vida llamada Scale AI Inc, que estĆ” tratando de mejorar este proceso y para lo cual creó un conjunto de herramientas de software que hacen un primer paso de “marcación de imĆ”genes”.
Luego, una red de cerca de 30.000 personas contratadas realizan los ajustes finales.
Scale tiene clientes grandes, en especial del mercado de los autos sin conductor, como Waymo de Alphabet, Cruise de General Motors y Uber Technologies.
MĆ”s allĆ” de los vehĆculos, Scale quiere vender sus productos a cualquier compaƱĆa que desarrolle tecnologĆa de inteligencia artificial.
La compaƱĆa ya vale US$ 1.000 millones y su cofundador y director ejecutivo –Alexandr Wang– es seƱalado como el nuevo Steve Jobs.
Wang tiene sólo 22 aƱos y para los altos estĆ”ndares de Silicon Valley es algo asĆ como “un fenómeno”, dice Bloomberg.
Hijo de dos fĆsicos, creció en Nuevo MĆ©xico. Durante su adolescencia se destacó en las competencias de codificación y recibió ofertas de trabajo de compaƱĆas tecnológicas cuando era estudiante de secundaria. Se graduó muy joven y comenzó a trabajar en Silicon Valley. A los 19 aƱos fundó Scale.
100 empleados, 30.000 “tagueadores” en el mundo
Scale tiene alrededor de 100 empleados trabajando en su sede de San Francisco, ademĆ”s de un ejĆ©rcito de contratados dispersos por todo el mundo que hacen el “trabajo sucio” del etiquetado de imĆ”genes.
Esas personas reciben instrucciones detalladas de Scale sobre lo que deben buscar.
La compaƱĆa tambiĆ©n estĆ” desarrollando un software para identificar a los mejores “etiquetadores” del mundo.
Wang no dijo exactamente en quĆ© paĆses viven los contratados o cuĆ”nto ganan, pero asegura que la paga es “buena”. “No estamos tratando de optimizar el costo humano”, dijo. “Ganan alrededor del 60 o el 70% de los salarios del promedio de su región”.
Entre los clientes mĆ”s nuevos de Scale estĆ” OpenAI, una compaƱĆa de investigación que utiliza el servicio para el procesamiento del lenguaje, y Standard Cognition, que creó un software para automatizar el proceso de pago en tiendas similares a Amazon Go.
Cómo trabajan
En este video, el modelo de Scale AI intenta etiquetar la escena por sà solo. El humano le dice a la herramienta qué marcaciones son incorrectas, y el modelo incorpora esa retroalimentación en el nuevo etiquetado.
Este video muestra a un “tagueador” poniendo las marcas en un automóvil y en un peatón. La herramienta de Scale AI luego llena el resto del espacio. La Ćŗltima parte del video muestra cómo la herramienta utiliza el aprendizaje automĆ”tico para identificar otros objetos similares y ahorrar tiempo.