¿Qué nos hace ser un CEO? ¿Cómo se llega a ser CEO? ¿Qué diferencia a un CEO emprendedor de un CEO de una gran empresa? ¿Cómo logra un CEO hacer crecer una empresa estancada? ¿Qué significa el éxito y el fracaso en un CEO? ¿En qué momento un CEO identifica sus funciones estratégicas y sabe delegar para lograr la mayor eficiencia?
En la mente de todo director general rondan nombres de CEOS triunfadores. Michael Dell, Elon Musk, Marck Zuckerberg, Tim Cook, Jeff Bezos, Reed Hastings, James Quincey, Ajay Banda, Marissa Mayer, Indra Nooyi, Bill Gates, Takahiro Hachigo, en USA. O los más reconocidos de América Latina como Daniel Servitje, Benjamín Steinbruch, Pablo Isla, Ana Botín, Florentino Pérez o Paolo Rocca.
Podríamos hablar de marcas o compañías que construyen grandes CEOS; pero si pensamos con trasfondo antropológico parece más sensato pensar en que son los seres humanos los que hacen las marcas y empresas y no al revés.
Cada uno de ellos sería digno de un análisis SWOT cuidadoso, aspecto que casi nadie hará. Sin embargo, de cada uno de ellos se pueden tomar algunas ideas y conceptos que valen la pena. Desde la “eliminación de fricción” de Hastings en Netflix, hasta las “reuniones pizza” de Jeff Bezos. El éxito que ha acompañado a estos grandes personajes responde a estrategias y tácticas que los han hecho grandes en su industria.
Para los CEOS de empresas medianas, como es mi caso, y supongo que de toda empresa, se verifica una continua posibilidad de crecer, de mejorar, de impactar, de trascender. Cuando oímos que hay quien funda empresas exitosas a los 67 o 70 años, no solo aumenta nuestra motivación, sino el deseo de seguir creciendo. El gran reto es saber cómo.
Cuánto daríamos cada uno de nosotros por treinta minutos de conversación con alguno de los personajes que he citado anteriormente, por verlos en su lugar de origen o trabajo o por compartir con ellos las lecturas que los han constituido como grandes líderes.
Está claro que millones de personas en el mundo hacen lo mismo, pero no han logrado el clic, el insight que les ha transportado al éxito de una gran empresa o marca que puede generar puestos de trabajo, riqueza, impuestos y calidad de vida en general. La tecnología, la inteligencia artificial, el consumo en general, lo relacionado a internet, la telecomunicación, la infraestructura, la movilidad, la construcción, la minería, han sido algunos de los grandes columnas sobre las que se han formado estos CEOS.
¿Dónde se podrán desarrollar en estos momentos los mejores CEOS? ¿Habrá hoy otros campos de acción exitosos? ¿O quizá la posibilidad de experimentar más a fondo en alguno de ellos? ¿Podrá surgir un producto como la Coca-Cola o la hamburguesa de McDonald´s? ¿Será posible una red social tan poderosa como Meta, TikTok o Instagram? ¿Habrá quien supere a Alibaba o a Amazon? ¿Qué nuevo vehículo dejará en la estacada a Tesla? ¿Aparecerá una nueva tarjeta de crédito que supere los beneficios y el servicio de American Express?
Los retos del mundo son actuales y potencialmente infinitos. Temas que parecían seguros como el agua, la energía, la movilidad se encuentran en crisis. La guerra de Rusia contra Ucrania ha desestabilizado Europa hasta el punto de que habrá control de luz, agua, aire acondicionado y gas. Algo que no ocurría desde los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial.
Todos estos retos necesitarán de CEOs que comprendan bien la realidad y sepan generar soluciones eficientes que además generen toda una cadena de valor.
Algunos ya han pasado a la historia. Otros tienen que seguir creciendo y aportando valor. Y deben llegar nuevas generaciones que logren dar estabilidad y sostenibilidad a un mundo en estado crítico.
