Aunque el mundo virtual era cada vez más grande desde antes de la pandemia, muy pocas empresas dimensionaron que los eventos online serían la nueva estrategia del marketing.
La pandemia de Covid-19, lejos de ser un obstáculo, ha sido un aliciente para que las marcas encuentren otras formas de comunicar sus servicios y productos. Tarea nada sencilla para una era donde la dinámica social es regida por el distanciamiento. Y no hay nada más difícil que generar fidelidad de marca en esas condiciones.
Sí, construir comunidad es complicado en medio de la pandemia, pero no imposible. Así que tendremos que acostumbrarnos a los eventos virtuales, una modalidad que, al parecer ha llegado para quedarse. Primero se creyó que sólo se trataría de una salida rápida ante la emergencia, pero a casi un año del inicio de la pandemia, nos damos cuenta que son una necesidad. Es lo más cercano que tenemos a las activaciones presenciales.
Hay, sin embargo, eventos virtuales que no han salido como esperamos. Muchos de los primeros conciertos online que se realizaron en México fueron bastante atropellados. Aunque ha habido otros, como la pasada entrega de los Premios Emmy, que fueron, de verdad, alucinantes, tanto por su narrativa como por su plataforma tecnológica. Un livestream de calidad en toda la extensión del término.
Han tenido que pasar meses enteros para que los webinars o eventos virtuales sean tomados en serio como parte de las estrategias de marketing de las empresas. Sólo hay que tener mucho cuidado en hacer esta diferenciación: antes de la pandemia, realizar un evento era, por sí mismo, un negocio. Pensemos en una Expo sobre cualquier tema: bodas, bebés, viajes, trabajo. Organizar la Expo ya era, per se, un negocio.
Un evento virtual, en cambio, no debe ser visto así. Al contrario: sólo es una herramienta que permite reforzar los vínculos entre la marca y sus clientes. Nada más. Si comenzamos a hacer eventos online para querer generar dinero, estamos perdidos.
Antes, ingresar a un evento, conferencia o cualquier actividad tenía un costo, muchas veces alto. Cambiemos el chip. Los tiempos actuales nos obligan a pensar que los eventos en línea no deben ni pueden ser caros. Incluso debieran ser gratuitos muchos de ellos.
La industria de las Tecnologías de la Información (TI) ha sido, quizás, una de las más revolucionarias de los últimos meses. Estas compañías fueron las que reinventaron la dinámica de los eventos online para mantener conectados a creadores y consumidores en un mismo lugar.
Empresas como ABB, Dell y Schneider Electric han demostrado que sus plataformas y herramientas agilizan la comunicación para atender las necesidades de ambas partes, siempre con cuatro valores que debieran ser fundamentales en una estrategia virtual: conectividad, velocidad, seguridad y capacidad.
Sé de buena fuente que, próximamente, Casa Pedro Domecq hará un lanzamiento virtual que será todo un referente no sólo en la industria de bebidas, sino en todo el mercado restaurantero y gastronómico. Así que los invito a estar atentos a esta información, de la que hablaré en los próximos espacios.