La autenticidad cuesta dinero. Ser auténtico es muy costoso. Cuando las marcas o las personas luchan por ser auténticos, esta decisión, tiene como consecuencia beneficios, pero también sacrificios y costos. Ser auténtico es ser consecuente consigo mismo. La autenticidad es un claro testigo de la identidad y la verdad de algo. Por consecuencia, si se tiene clara la identidad de uno mismo, todo repercutirá en ser autentico. La autenticidad es consecuencia de saber hacia dónde se va y por qué se va a dónde se va. En este 2017, las marcas tienen que ser más auténticas que nunca. La autenticidad será el nuevo eslabón perdido de la mercadotecnia, a nivel local, global y regional.
Hace un mes un terremoto sacudió a la Ciudad de México, y como consecuencia, miles de mexicanos salieron a las calles para ayudar, por el solo hecho de ayudar al prójimo. Pusieron la muestra del ser auténticos en serio. Este motor solidario, con mucha probabilidad cambiará la mentalidad colectiva de este país, de su contexto y su entorno. Muchos de los mexicanos ya no serán los mismos y tendrán diferentes expectativas de los productos, servicios y negocios. Un olor a autenticidad se dibujará en el ambiente. A partir de ahora, los clientes mexicanos que no pierdan la memoria, serán más selectivos en comprar marcas que realmente sean auténticas. Ser una marca que parezca auténtica sin serlo, será muy peligroso, porque más que sumar será una resta mortal.
¿Cómo ser una marca autentica?
Bueno, el primer punto es que si te estás preguntando cómo ser auténtico, estás lejos de serlo. Una marca auténtica, lleva este valor en su ADN y génesis. Se sabe autentica por tan sólo serlo.
Las marcas auténticas se preocupan más por ser, que por la rentabilidad y la facturación.Sus valores son muy fáciles de entender para clientes, amigos, aliados, colaboradores y fundadores. Los valores son muy fáciles y dóciles de transmitir. El dinero viene mucho despeñes y como una gran consecuencia.
Ser una marca auténtica genera el valor intangible de la lealtad verdadera. Porque no cuesta trabajo ser cómo se es.
No te preguntes cómo ser una marca auténtica, mejor selo.
Una marca auténtica sabe lo que le gusta, lo que no y lo que nunca la va a gustar o ser. Ser auténtico es el resultado de las muchas preguntas y el autoconocimiento. Muchas más preguntas que respuestas.