Como una desafortunada extensión del conflicto entre dos potencias globales del tamaño de Rusia y Estados Unidos, los recientes ataques de fuerzas estadounidenses contra puntos claves en la región de Siria parecen repetir experiencias pasadas que involucran a estos poderosos países y reavivan las diferencias históricas que se han centrado principalmente en la llamada Guerra Fría.
Tras darse a conocer las versiones de que el gobierno sirio de Bashar Assad realizó ataques con armas químicas en la ciudad de Duma, Estados Unidos respondió, a través de su presidente Donald Trump, con el lanzamiento de 59 misiles Tomahawk sobre instalaciones en aquel país asiático.
Siria es un país que, comandado por Bashar Assad, mantiene desde hace tiempo relaciones con el régimen ruso de Vladimir Putin y se dice que existen intereses entre ambas naciones que han incrementado el trasiego de armas en la región.
El hecho de que Estados Unidos haya atacado -con el apoyo de fuerzas francesas y británicas- puntos claves en Siria, hace crecer el temor de una mayor tensión entre los norteamericanos y los rusos y un eventual conflicto internacional que -como se temió a lo largo de décadas a través de la Guerra Fría- provoque muertes, desplazamientos, sucesiones violentas de régimen, cuantiosas pérdidas económicas y demás cambios y problemas geopolíticos no sólo en aquella región asiática, sino en todo el mundo.
Pero ante los insistentes rumores que afirman que los supuestos ataques químicos fueron en realidad un montaje, lo único cierto es que el ejército de Siria se ha colocado en una posición de rival frente a los Estados Unidos… hablamos del que seguramente es el ejército más grande y equipado del mundo, lo que conlleva un verdadero reto para los asiáticos.
El Departamento de Investigaciones de Merca 2.0 elaboró esta gráfica que revela las diferencias sustanciales que se pueden encontrar entre las fuerzas militares de Siria frente a las de los Estados Unidos de América.