De acuerdo con Greenpeace France, los combustibles fĂłsiles como el petrĂłleo, el gas y el carbĂłn, asĂ como la industria automotriz, las compañĂas aĂ©reas y marĂtimas, son las principales responsables del 89% de las emisiones mundiales de CO2.
Con este panorama, la crisis climática ya encabeza la lista de preocupaciones de las personas en todo el mundo, pero con esta conciencia ambiental en crecimiento también aumenta la desconfianza de los consumidores con respecto a lo que cuentan las marcas y empresas sobre las prácticas ambientales que llevan adelante.
Cada vez son más las personas que manifiestan estar haciendo progresos significativos hacia una vida más respetuosa con el medio ambiente, sin embargo como ya he mencionado en varias oportunidades estamos frente a consumidores más exigentes e informados capaces de detectar rápidamente cuando un productos está diseñado para parecer más ecológico de lo que realmente es.
Con sus mensajes las empresas buscan reforzar la idea de que la sostenibilidad es una responsabilidad individual, pero el consumidor ya no es el de antes y sabe que las empresas son tan responsables como los individuos, a la hora de proteger el planeta y llevar adelante prácticas sostenibles.
Según Roundup “el 50% de los consumidores globales dicen que los factores ambientales (compromiso de reducir las emisiones de carbono, usar materiales reciclados o reducir los desechos plásticos en sus productos) influyen en su decisión de confiar en una marca”. Y agregan que “las prácticas ambientales deficientes o irresponsables se encuentran entre las principales razones que pueden hacer que un cliente le dé la espalda a los productos de una empresa para siempre”.
Como bien explica la especialista en sustentabilidad, Marian Ventura, “estos datos (…) hacen que las gĂłndolas (…) se llenen de etiquetas con tĂ©rminos como eco, bio, natural, consciente, sustentable. Pero esta pintura verde cada vez genera más dudas que certezas”. De esta manera, mientras por un lado las personas están cada vez más informadas sobre lo que es sostenible, cĂłmo afecta al medio ambiente, quiĂ©nes son los responsables y si es posible o no confĂar en sus afirmaciones cuando dicen ser organizaciones respetuosas con el medio ambiente; por el otro, las empresas deben procurar elegir mensajes que estĂ©n a la altura de las circunstancias. Pero como ya sabemos, no alcanza solo con decir hay que hacer. Hoy, implicar a la sostenibilidad como parte del propĂłsito y las polĂticas de una marca o empresa genera una ventaja competitiva, pero tambiĂ©n sabemos que dejarla afuera o que simplemente sea pintura verde puede dañar la reputaciĂłn de la marca en el futuro y para siempre.
Duncan Meisel, director ejecutivo de Clean Creatives, dice que “la industria (…) está cambiando y las agencias están a la vanguardia de un cambio histĂłrico (…) demostrando que se puede hacer crecer un poderoso negocio creativo sin depender de los clientes de combustibles fĂłsiles”, asĂ que como profesionales de las relaciones pĂşblicas tenemos un gran desafĂo por delante.