Anoche se revelaron los ganadores del Óscar 2019. Mucho se ha venido hablando de los nominados y, en especial, en México, de lo que la nominación puede implicar para Marina de Tavira y Yalitza Aparicio, quienes estuvieron haciendo una ronda de entrevistas en distintos medios norteamericanos.
No fueron las únicas, parte de la estrategia de estudios y distribuidoras está en “acercar” a su talento y su producto al mayor número de votantes. Entre más y mejor los conozcan, más afinidad sentirán y es más probable que les otorguen su voto.
El efecto más inmediato y está en la exposición de la nominación y los eventos relacionados, consiguiendo así que público en general, crítica e industria los conozcan, pero eso no es todo.
Desde que inicia la temporada de premios y acentuado por las nominaciones, aquellos mencionados obtienen, según corresponda a su imagen y sepan aprovechar, desde portadas en revistas hasta contratos comerciales.
También está el interés que la nominación despierta por saber más de esos talentos que la Academia está considerando y que les puede implicar más invitaciones a castings, invitaciones directas a algún proyecto (siempre “viste” el contar con alguien nominado) y desde luego una mejor remuneración.
En términos prácticos, los ganadores se llevan una bolsa de regalos que este año se estima, de acuerdo con Forbes, en más de 100 mil dólares y que incluye joyería, vacaciones y productos de belleza.
En cuanto a si hay alguna remuneración o premio económico, la respuesta es no. El premio es la estatuilla (valuada en aproximadamente 700 dólares y misma que no puede venderse) y el prestigio que viene con ella.
Principalmente se tiene conocimiento de lo que sucede con los actores, el rol con mayor visibilidad en la industria. El promedio puede variar entre 500 mil y 4 millones de dólares más por su siguiente papel.
La variación puede deberse a si se trata de un actor o una actriz, a qué tan conocido ya haya sido antes y a las habilidades de negociación de su agencia; algunos, por ejemplo, aceptan montos más reducidos a cambio de un porcentaje de la taquilla una vez que la película ha alcanzado cierta cifra (la más típica es la de cien millones de dólares).
Uno de los contratos más lucrativos tras una victoria ha sido el de Brie Larson por interpretar a Capitana Marvel. Larson, conocida por sus roles de corte independiente, ganó en 2017 como Mejor Actriz por “Room”.
Poco después firmó con Marvel para interpretar a la primera súper heroína con su propio filme. Aunque no se han confirmado los específicos, se sabe que firmó por siete películas del universo Marvel y que su pago, es el más alto que haya recibido un actor del estudio por su primera película: 5 millones de dólares.
En las siguientes, dependiendo del éxito, la cifra pudiera llegar a los 15 millones por aparición. Para muchos ésa ha sido la estrategia; aceptar una súper producción ayuda a obtener más proyección y elevar el estatus comercial. Para sobrevivir en Hollywood se requiere de un delicado equilibrio entre popularidad y prestigio.
Para Angelina Jolie, implicó participar en las adaptaciones del videojuego Tom Raider, mientras que para Jennifer Lawrence en la saga de “Los juegos del hambre”. Para Halle Berry, quien aceptó ser “Gatúbela”, fue una mala estrategia y se encontró el siguiente año recibiendo una Frambuesa de Oro a peor actriz; la película ni siquiera recuperó los 100 millones de dólares que costó.
Ganar el Oscar es un impulso a cualquier carrera. Actores como Nicole Kidman, Cate Blanchet, Charlize Theron, Matthew McCounaghey, Eddie Redmayne y Colin Firth han tenido buenos proyectos, tanto en taquilla como ante la crítica, tras sus victorias. Para otros, como Cuba Gooding Jr., Mira Sorvino, Adrien Brody, Jean Dujardin y Mo’Nique, ha significado poco.
Incluso, en algunos casos se habla de la maldición del Oscar pues después de su triunfo las ofertas escasearon o los proyectos elegidos fueron los incorrectos. Y quizás ahí esté, en cierta forma la clave, el “empujón” que le da el Oscar a cualquier carrera depende también de lo que el actor sepa hacer con él y que incluye una buena selección de roles, variedad de proyectos, buenas relaciones públicas y un buen manejo de su imagen.
Una actriz como Nicole Kidman, que este año estuvo cercana a su quinta nominación por “Destrucción” o por “Corazón borrado”, estrenó el año pasado “Amigos por siempre” y el gran éxito del cierre de año, “Aquaman”, únicamente en la primera tiene un rol protagónico y el rango de filmes incluye, drama, comedia y una película de súper héroes. Entonces, ¿qué pasa después del Óscar?
La verdad es que en gran medida es un volado que depende más de estrategia, buenas decisiones y un poco de suerte, ya el tiempo dirá qué será de quienes este año coquetearon con él o se lo llevaron a casa.