La interacción a través de redes sociales se ha vuelto en una norma ampliamente extendida en el mundo, pues a través de ella han logrado establecer estrategias que han encontrado en la conversación social, una forma de generar datos y perfiles, que ayudan a entender al consumidor desde su contexto.
Los perfiles de los usuarios se han convertido en información que de primera nos hablan de la fortaleza de las plataformas por el número de cuentas con las que se extienden a nivel mundial.
Segundo, es fundamental comprender al usuario desde los nutridos perfiles con los que cuentan, donde se descubren sus datos personales, de interacción y económicos, convirtiéndose no solo en Big Data y métricas clave para las marcas, sino en información que ayuda incluso a gobiernos a comprender a personas o ciudadanos, desde su información generada en redes sociales.
Para entenderlo, basta con ver cifras reportadas por plataformas como Facebook, al señalar que durante el primer trimestre de 2017 registró mil 936 millones de usuarios, número que se ha disparado desde los 100 millones que apenas registró en 2008, lo que no solo habla de un crecimiento de las plataformas desde la trascendencia que tienen en los estilos de vida de las personas, sino que nos describe un escenario digital donde el marketing ha logrado crear áreas de oportunidad tanto de comunicación, como de publicidad y en especial de contenidos, que han volcado su apuesta a la conectividad y eficiencia, por lo que migra cada vez más el factor social de los escenarios offline a los digitales, de la mano de tecnologías que han crecido por la movilidad que han ofrecido los smartphones y la experiencia de usuario que brindan, con conectividad en tiempo real a través de redes sociales o mediante aplicaciones de mensajería fundamentales en la relación entre usuarios móviles.