A veces nuestra boca va más rápido que el cerebro, eso es un hecho y depende de los dichos las consecuencias; el presidente Andrés Manuel López Obrador, escribió una insólita carta sobre sus rodillas dirigida al parlamento europeo como respuesta a un documento en el que se condena la violencia en contra de periodistas en México.
En la carta, escrita personalmente por López Obrador, el mandatario lamenta, entre otras cosas, que se “sumen como borregos” a la estrategia “reaccionaria” y “golpista” de quienes están en contra de su proyecto de Gobierno, la Cuarta Transformación, por fortuna el parlamento europeo calificó en general el documento como “fuera de lugar” y que “se descalifica por sí mismo”.
Digo por fortuna porque no muchos países u organizaciones aceptan las groserías de un presidente que, dicho sea de paso, no contraargumentó con datos sino con enojo y además se inmiscuyó en temas como el envío de armas a Ucrania por parte de países europeos: “No enviamos armas a ningún país bajo ninguna circunstancia, como ustedes lo están haciendo ahora”.
El presidente asegura que México es un país pacífico, históricamente así ha sido pero en estos momentos de tensión bélica el lenguaje debe ser impecable. El país no tiene, hasta ahora, una postura respecto al conflicto Rusia vs Ucrania, ello a pesar de que este último país le ha exigido reprobar el ataque ruso y ha ido más allá solicitando al país armamento, solicitud denegada por la Secretaría de Gobernación.
De acuerdo con información que ofrece la Plataforma Nacional de Transparencia de diciembre de 2018 a septiembre de 2020, fueron interceptadas por la Secretaría de la Defensa Nacional y la Fuerza Aérea Mexicana 38 aeronaves, número que contrasta con las cerca de 10 mil pistas clandestinas localizadas en la última década en el país, dichas pistas han sido localizadas en todo el territorio y son utilizadas para la descarga de estupefacientes que provienen de Centro y Sudamérica con el objetivo, principalmente, de llegar a Estados Unidos.
Estamos así de desprotegidos a México entran aeronaves como “Pedro por su casa”, claro que esta problemática tiene que ver con el narcotráfico doméstico, pero no olvidemos la cercanía con Estados Unidos, para cualquier país con intereses en el vecino del norte México es una joya y eso no lo debemos perder de vista nunca.
El país comparte frontera con Estados Unidos, Guatemala, Belice, Cuba y Honduras y tiene una extensión marítima de 3.149.920 kilómetros cuadrados con un poder naval limitado y con una cobertura cercana a 62,9% en sus mares, la más baja de América Latina, de acuerdo con especialistas.
Ante este panorama ¿vale la pena hablarle así a los europeos o a cualquier región del mundo? Y no se trata de tener una postura timorata sino inteligente y consecuente con las capacidades del país. Ojo no se trata de tener una guerra en México por una carta malintencionada, sino de las formas, de las ganas de que el mundo arda.