Hace unos días leía un artículo de Chelse Mackee donde dice que “las relaciones públicas se parecen mucho a la pesca” comparación que me pareció muy acertada si pensamos, como bien lo explica ella, que en ambos casos se requiere de un buen anzuelo, del momento correcto y de mucha paciencia.
Pero a esto, dice Mackee, hay que sumarle lo de siempre, porque claramente por estos lares no somos la excepción, en todos lados hay que explicar constantemente por qué el ejercicio de las PR es mucho más complejo de lo que la mayoría cree, cayendo siempre en la tendencia a reducir la profesión al manejo de una buena agenda de contactos. ¡Y qué lejos estamos de eso! Así y todo, cabe hacer un mea culpa y preguntarnos, ¿en qué fallamos que no terminamos de consolidar una posición?
Y aunque a veces lo mejor que decir es hacer no está demás, aprovechando este gran espacio, recordar que las Relaciones Públicas son un intangible que da resultados tangibles pero claro ¡no es magia! Eso va a suceder cuando se le destine el tiempo suficiente a la creación y construcción de historias que atraigan a los públicos de una manera estratégica y con un propósito claro. Y lo más importante, entenderlas siempre como una inversión, no un gasto.
El ejercicio de las Relaciones Públicas es un trabajo en loop, nunca termina porque va al ritmo de los cambios, tiene capacidad de flexibilidad y adaptación y seguirá evolucionando y transformándose en la medida en que las sociedades y las personas también lo hagan.
La mirada integral y la capacidad de construir vínculos de confianza y a largo plazo nos proporcionan las herramientas estratégicas que requieren las organizaciones de hoy para lograr ser relevantes en la vida de las personas. Eso es exactamente lo que mejor sabemos hacer, generar credibilidad. Y ese desafío no es para cualquiera.
Como bien dice en su nota Mackee las “relaciones públicas pueden no ser tan relajantes como descansar con una caña de pescar improvisada en un lugar sombreado (…). Pero pueden ser igual de gratificantes cuando todos sus esfuerzos y paciencia dan sus frutos”.
Aún así todavía siguen las dudas acerca del valor de nuestra profesión. Eso me recuerda a una frase que anda dando vueltas por internet: “Publicidad es hablar bien de uno mismo. Relaciones Públicas es que otro lo haga por vos”. ¿Será que llegó la hora en que las PR necesitan publicidad de sí mismas?