Este acceso facilita que las personas se mantengan conectadas en tiempo real y accedan a una amplia gama de información de diversos temas, lo que fomenta el aprendizaje, la investigación y el acceso a recursos informativos para personas de todas las edades.
En el marco del Día del Niño, es pertinente reflexionar sobre esta tendencia. Según la Encuesta de Consumo de Contenidos Audiovisuales (ENCCA) de 2022 del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), en México el 82% de las personas entre 7 y 11 años utilizaban Internet en 2022, y el 69% de este grupo de edad utilizaba alguna red social.
Como comunicadores, es esencial ser conscientes del poder que tenemos para influir en las opiniones y actitudes de la audiencia joven. Las campañas publicitarias, las colaboraciones con influencers y los mensajes que transmitimos pueden tener un impacto significativo en la percepción que los niños y adolescentes tienen de sí mismos, de los demás y del mundo que los rodea. Por lo tanto, es fundamental utilizar esta capacidad de manera responsable, promoviendo comportamientos éticos y saludables y fortaleciendo la autoestima y las capacidades de socialización e interacción.
Los influencers se han convertido en modelos aspiracionales para sus audiencias, su impacto es aún mayor en el público joven que transita una etapa de descubrimiento personal y desarrollo de la identidad. Por ello, es importante que comunicadores, publicistas y mercadólogos seleccionen responsablemente a aquellos influenciadores con los cuales asociarán sus marcas y productos, sobre todo aquellos dirigidos a consumidores jóvenes, considerando no sólo el alcance que pueden tener, sino los principios, prioridades y estilo de vida que proyectan y que buscará ser replicado por sus seguidores. Los influencers son hoy un canal valioso para las marcas, pero son las marcas, a través de los presupuestos que invierten en los influenciadores, quienes potencian el alcance de estos.
Como profesionales de la comunicación tenemos la responsabilidad de utilizar nuestra capacidad de influencia de manera positiva para contribuir al desarrollo integral de niños y adolescentes; al hacerlo, podemos contribuir a crear un entorno digital más seguro, saludable y enriquecedor para las generaciones futuras.