El political environment o entorno político es uno de los factores que determinan la efectividad de las compañías y de sus estrategias de mercadotecnia, al ser el contexto un elemento que ayuda a entender la empatía que se genera ante determinadas acciones como regulaciones en publicidad o normas sobre acciones como la importación o exportación de bienes.
Este tipo de estrategias se han convertido en determinantes para el futuro de las decisiones que toman las compañías y recientemente tenemos a la mano dos ejemplos que nos pueden dar un escenario sobre cuál es el efecto de este tipo de medidas.
Primero tenemos el efecto político del triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos, como recientemente ocurrió con la decisión de la automotriz Ford de desinvertir mil 600 millones de dólares en una planta en México.
El hecho ocurrió ante un entorno sumamente escéptico en que el presidente electo advirtió sobre posibles sanciones fiscales, ante la negativa de estas empresas de retirar su inversiones de México, hecho que a decir de trascendidos, pudo haber motivado la decisión de Ford.
Otro segundo escenario donde se advierte el posible impacto de un political environment para las marcas ocurre directamente en México donde la decisión de aumentar el precio de las gasolinas ha motivado una serie de saqueos a cadenas de supermercado, con lo que decisiones políticas han tenido efectos sociales que han impactando directamente en el mercado de retail mexicano.