El mercado laboral es muy competitivo, por lo que aspectos como la actitud y la disposición son requisitos indispensables para lograr experiencia  profesional que ayude a lograr metas, así como abrir nuevas puertas a otras oportunidades, no obstante, existen factores en toda etapa donde las críticas no sean constructivas, sino constantes señalamientos que podrían terminar en despidos.

Recientemente, Tesla despidió a 400 empleados después de revisiones anuales de rendimiento, las cuales no garantizaron a trabajadores en qué momento podrían ser despedidos. Si bien para la compañía se trató de una “revisión de desempeño”, para su personal significó una agridulce experiencia, que una mala crítica laboral terminara en despido.

De acuerdo con un análisis de Market Insider, una mala crítica laboral debe ser una oportunidad para cambiar las cosas por parte de cualquier empleado, mismo que debe mantener la calma y tomar medidas proactivas para mejorar. Concretamente, en la mayoría de los sitios de trabajo, las malas evaluaciones de desempeño no siempre terminan en el despido, pero es un buen pretexto para hacer preguntas reflexivas y tomar notas.

La mayoría de las malas críticas suelen ser sorpresivas, lo que ocasiona que en lugar de prestar atención, nos concentremos en las palabras negativas que pueden generar molestias, pero lo importante será escuchar, alejarse de la situación, e incluso mantener la calma, y cuando la revisión haya terminado, será indispensable programar otra reunión con tu superior para aclarar dudas, donde debes mostrar iniciativas y mostrarte dispuesto a mejorar.

Para recuperarte de una mala crítica, debes apelar a sentimientos positivos como la honestidad de tomar medidas, las cuales podrían comenzar con discutir opciones de entrenamiento y otros recursos pactados con tu jefe, aunque si las críticas fueran inaceptables, lo correcto sería documentar las discrepancias y obtener comentarios a favor de tu postura.

Sin embargo, una manera de evitar el resultado de una crítica laboral es hacer un esfuerzo honesto, determinado y centrado para mejorar, es decir, convertirte en tu propio embajador y hacer ver a tu socio o jefe que lo estás haciendo de forma ardua, con aspectos simples como enviar correos electrónicos aspectos laborales relevantes que antes no hacías o con propuestas que estés dispuesto a realizar.