México, D.F.– La mente humana puede ser persuadida con mayor facilidad que una herramienta electrónica. Así lo demuestra la ingeniería social, una técnica de manipulación que se aprovecha de las debilidades psicológicas de un individuo para extraer información confidencial.
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Este concepto fue acuñado por Kevin Mitnick, un hacker reconvertido en consultor y define al acto de engañar a la gente para que haga algo que no desea o para que proporcione información confidencial. Lo cual representa para los internautas, una amenaza mayor incluso a un malware intrusivo.
La principal razón de la propagación de este delito, no es que las personas sean menos inteligentes que una maquina, sino que existe poca información sobre el mismo. Por lo que es más fácil que el perpetrador se gane la confianza de sus víctima para luego explotarla.
Vale mencionar que en la mayoría de los casos, la persona que sufre este delito no se da cuenta con claridad, pues la manipulación se da a tal grado que para obtener las contraseñas o números de tarjeta de crédito de alguien solo basta pedírselos como si fuese algo normal, y esa persona nunca se cuestionará las intenciones o la legitimidad de quien solicita la información.
Llamadas de la compañía de cable, telefonía celular o cualquier otro servicio son el escenario ideal para realizar este delito. Incluso puede darse casos en que el perpetrador se gana la confianza de la víctima por meses hasta formar parte de su circulo social para luego solicitarle la información personal.
Fuentes: Hipertextual/Trendmicro/es.Kioskea