¿Te has preguntado cuál es la diferencia entre tu identidad y tu imagen corporativa? Estos son dos términos que suelen confundirse, pese a que están estrechamente relacionados, en esencia son totalmente diferentes, mientras la Identidad Corporativa se refiere a la propia percepción que un individuo tiene acerca de su marca, la imagen corporativa hace referencia a la percepción que los públicos tienen con respecto a tu empresa, por su puesto se trata de un elemento inherente a las marcas y un aspecto que debe ser construido con sumo detalle.
La importancia de la imagen corporativa
Paul Capriotti en su libro Planificación estratégica de la Imagen Corporativa menciona que la imagen de tu organización no es más que la construcción mental que los públicos de una empresa tienen en torno a ella, se trata de un elemento que condiciona la forma en la que tu empresa u organización se relacionará con el entorno pues de la percepción que tu público tenga de ti dependerá su interacción con tu marca. Asimismo, Capriotti hace énfasis en que se trata de un elemento estratégico para las empresas pues permite diferenciarte y posicionarte como referente frente al mercado, además te permite ofrecer una visión positiva de lo que eres y a lo que haces dentro de tu sector.
¿Cuáles son los beneficios de una imagen sólida?
El resultado de una imagen sólida es sin duda una buena reputación, la importancia de este elemento radica en que, en algunas ocasiones, forma parte de las decisiones que toman los públicos de tu organización con respecto a tu marca. Un buena reputación sin duda abriría la posibilidad de colocar a tu organización en el top of mind de tus consumidores o clientes y en consecuencia aumentaría la posibilidad de elevar tus ventas. ¿Te imaginas tomar la decisión de ir a un restaurante cuya reputación advierte de la mala higiene en sus platillos y en el mal trato del personal a los clientes? en definitiva te negarías a visitarlo, por eso es importante construir desde los más profundo de tu organización los valores y actitudes que ayudarán a proyectar tu imagen de forma positiva.
Por otro lado, en el plano organizacional, una buena imagen te ayuda a establecer relaciones sólidas en tanto atrae a las personas adecuadas, con ello se puede hacer referencia tanto a elementos clave de recursos humanos, como a aliados potenciales y a posibles compradores. Aunado a la importancia de la reputación, el estudio The State Corporate reputation in 2020: Everything matters now, llevado a cabo por la consultoría de comunicación Weber Shandwick en colaboración con KRC Research, menciona que en promedio los ejecutivos consideran que el 63% del valor de sus organizaciones está basado en la reputación que poseen por lo que es esencial construir día a día la imagen que planeamos proyectar.
¿Por dónde comenzar?
Más allá de la imagen mental y la percepción que tus públicos tienen con respecto a tu marca, la imagen corporativa también puede y debe aterrizarse en un elemento más tangible y por lo tanto más visual, por esto es esencial que previo a presentarte ante el mercado de competidores, estés preparado para demostrar quién eres, en este sentido, tu identidad corporativa debe estar plenamente establecida pues de ella se desprenderán elementos que te ayudarán a construir tu imagen, dichos elementos son: el logotipo, la tipografía que utilizarás, los colores que te ayudarán a sobresalir en el mercado y por su puesto tu misión, visión y valores.
Recuerda que tu imagen depende de ti y es construida a través de los mensajes que tú mismo compartes, sin embargo, también está expuesta a múltiples estímulos provenientes de los públicos externos, por eso es importante mantenerte atento y cultivar las buenas prácticas tanto al interior como al exterior de tu organización es imprescindible que seas coherente pues de esta manera lograrás construir una imagen sólida y positiva dentro de tu sector.
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