En 2014, los autores Gaston Legorburu y Darren McColl editaron una obra titulada Storyscaping: deja de crear anuncios y empieza a crear mundos. En dicho documento, los autores definían el storyscaping como “un entorno de experiencias emocionales y transaccionales donde cada conexión inspira interacciones con otras, de manera que la marca se convierte en parte de la historia del consumidor. El storyscaping se basa en el principio de que estamos tratando de conectar de forma eficaz a las empresas (marcas) con las personas (consumidores)”.
En otras palabras, el storyscaping es el porqué de la marca y la razón de ser para cada uno de sus consumidores, donde estos son los protagonistas y héroes de la marca misma. El storyscaping no cuenta la historia de la marca sino del propio cliente. Mientras en el marketing tradicional, la marca es el héroe y el consumidor se limita a un rol de espectador pasivo, el storyscaping invierte ese papel.
Uno de los grandes encantos del storyscaping es que la marca es la encargada de acompañar al cliente en todo momento como si fuera una especie de mentor, ofreciéndole maneras de vivir experiencias diversas y resolver sus dificultades.
Las marcas deben estar cada vez más enfocadas en hacer de sus seguidores la verdadera alma del producto y lograr que éstos se identifiquen con la misma. Pongamos de ejemplo las muñecas Barbie. Se trata de un producto que se ha ido diversificando conforme el papel de la mujer ha ido adquiriendo diversos matices. Las niñas pueden identificarse con una muñeca u otra dependiendo su origen étnico y sus gustos.
Una de las grandes ventajas de esta técnica, y por la cual tiene tanta fuerza, es que provoca un comportamiento en el cliente. La idea organizadora es la gran llamada a la acción de la marca. En este contexto, los consumidores ya no son simples espectadores pasivos: toman acción y se implican a tal grado que termina siendo la esencia de la marca.
En este sentido es como el storyscaping inspira experiencias. No busca que los usuarios escuchen historias sobre la marca, sino que las vivan por sí mismos. Así es como puedes crear un poderoso engagement entre tu marca y los consumidores a través de la interacción.
Es un excelente recurso para crear mundos donde la historia se convierte en parte de la historia de los propios consumidores. El consumidor tiene la gran facultad de saltar del entorno real al virtual como si fuesen uno solo. El mismo Gaston Legorburu, asegura que la narración en la era digital ha evolucionado y que el storytelling ha sido rebasado por el storyscaping.
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