El binge watching se refiere al hecho de ver múltiples episodios de un programa de televisión, o por streaming, en sucesión, uno detrás de otro. Es un concepto que probablemente se originó del de maratón, como cuando decides ver todos los episodios de Star Wars en una noche, o las seis películas de El Señor de los Anillos.
Este comportamiento de las audiencias, que hoy en día ya no tienen que esperar para ver todos los capítulos de su serie favorita, lo conocen bien las compañías que ofrecen servicios de streaming o de contenidos en video por internet, como Netflix, HBO, Amazon Video, o YouTube.
De acuerdo con un estudio llevado a cabo por Netflix el año pasado, el 73 por ciento de los usuarios ve entre 2 y 6 episodios del mismo programa en una sentada.
Pero este fenómeno cultural, también tiene repercusiones negativas. De acuerdo con El Instituto para la Investigación sobre Educación del Norte de California, que analizó los datos de 3 mi 200 personas de entre 18 y 30 años de edad, aquellos que pasan más de tres horas viendo la televisión y sin dedicar tiempo a la actividad física, tienen un empeoramiento en sus funciones cognitivas antes de alcanzar la mediana edad.
Tina Hoang y Kristin Yaffe, autoras del estudio, dijeron a Time que la gente que pasa mucho tiempo viendo televisión y poco tiempo haciendo ejercicio, experimentan un debilitamiento de la memoria, ralentización para procesar ideas y empeoramiento de funciones como la habilidad para planear y completar tareas. Sin embargo, señalaron, la memoria verbal no se ve afectada.
Otro grupo de investigadores, del departamento de Salud y Recreación de la Universidad de Toledo, presentó a la Asociación Estadounidense de Salud Pública un estudio en el que se demostró que la depresión, la ansiedad y el estrés están íntimamente relacionados con el binge watching, aunque “no sabemos qué ocurre primero”, aseguró Mónika Karmakar, autora de la investigación.