Muchas han sido nuestras experiencias en intentos de asociarnos a lo largo de estos años, desde socios que no aportaban a nivel de trabajo lo mismo que nosotros, pasando por aquellos que nos engañaban en las cuentas o eran desleales y terminando por otros que sentían que la empresa era únicamente de ellos y no sabían ni estaban dispuestos a compartir la toma de decisiones de cara al negocio, lo que nos llevó a mi esposa y a mi, en algún momento de nuestra vida a tomar la decisión de que los únicos socios que tendríamos serían nuestros hijos.
Este proceso de aprendizaje fue muy complejo, lleno de muchas decepciones, de amistades o supuestas amistades perdidas, de conocidos o nuevos conocidos que ofrecían el negocio del siglo y que al analizarlo era una “trampa caza bobos”, y así terminamos entendiendo o conociendo las cosas que debíamos evaluar y las preguntas claves que debíamos hacer y aquellas que nosotros mismos nos debíamos formular antes de considerar un negocio porque no todo es número, los números y las proyecciones pueden ser muy buenas, el negocio puede lucir sensacional pero si el socio no es el indicado, lamentablemente todo el esfuerzo se irá al traste y se seguirán coleccionando intentos de asociación fallidos.
Estas reglas que nos hemos trazado nos han permitido no sólo considerar negocios, sino escoger algunos socios y comenzar emprendimientos exitosos, y es por ello que quisiera compartir qué reglas son esas que debemos tener siempre presente al momento evaluar un negocio y ese posible socio, y trato de resumirlas así:
Separar la amistad y lo familiar de los negocios: En un gran porcentaje los potenciales negocios y socios que evaluaremos serán con amigos o familiares, lo que es normal porque es nuestro entorno. Lo importante en estos casos es evaluar a la persona y el negocio con el cerebro y no con el corazón, lamentablemente nos ha tocado tomar decisiones fuertes respecto de amistades y familiares dentro de los proyectos que emprendidos, en algunos casos hemos perdido amistades o los familiares se han alejado, pero los negocios son números y si una persona no demuestra en un tiempo considerable que puede aportar buenos resultados a la empresa, desafortunadamente debemos seguir adelante y prescindir de aquellos que limitan el crecimiento del emprendimiento.
¿El posible socio debe tener experiencia en el negocio que se plantea?: En la historia del mundo y de los emprendimientos hemos escuchado de gente que sin tener experiencia en algo ha iniciado un proyecto y el mismo ha sido exitoso, así como de gente con mucha experiencia que han fracasado por tomar las decisiones erradas. En caso de que no cuente con la experiencia, mi recomendación, aparte de documentarse muy bien y evaluar negocios similares a profundidad, es que se hagan planes de inversión muy bajos y con lapsos de espera de resultados lo más corto que se pueda, de manera que se pueda de ir midiendo el éxito de la inversión y así ir subiendo los montos según resultados. He visto casos de personas que emprenden un negocio con aspiraciones muy altas, paralelas a las inversiones que hacen y por norma mientras más alta es la inversión mayor es el tiempo de retorno de la misma y la medición de éxito, por lo que, si no tenemos experiencia en esa rama, podríamos darnos cuenta de que el negocio fracasó muy tarde. Si ambos tienen experiencia exitosa en el área, las cosas cambian y se puede apostar más al negocio.
No inviertas en aquello que no puedes controlar: Esta frase la repito con regularidad no sólo en los artículos que escribo, sino en las reuniones o charlas donde participo. Para realizar una inversión en un proyecto debes tener la capacidad de controlar el negocio, debes tener poder de decisión y veto en las acciones de la empresa para así garantizar la solidez de tus recursos.
No creas en personas que te venden la fórmula para el éxito si no tienes que trabajar duro para alcanzarlo: Lastimosamente he visto con tendencia al crecimiento a casos donde han creído en amigos, familiares o conocidos que les ofrecen soluciones de inversión inmediatas, donde solo pones tu dinero o donde te ofrecen que desde tu hogar y sin trabajar mucho vas a generar ingresos y que tu inversión la multiplicarás exponencialmente, al igual que cursos en línea donde te prometen que si les pagas el curso ellos te enseñarán la fórmula del éxito. Es importante entender que nadie tiene la fórmula del éxito, que nadie tiene “la combinación de la caja fuerte”, la única manera de ganar dinero estable es trabajando con constancia y dedicación, claro que hay otras formas de hacer dinero de manera rápida pero obviamente el riesgo es muy alto y podrías perderlo todo. Pienso que los que puedan enseñarte en realidad lo harán desde la experiencia y sus logros, mostrándote lo que han logrado más que lo que ofrecen.
Por último, me permito comentar que la sociedad es como un matrimonio donde ambos deben complementarse, acoplarse y resolver las diferencias de cara a la mejor solución para ambos, porque el éxito del negocio es el éxito de los colaboradores y de los socios. Es por ello que debes analizar muy bien a tu potencial socio antes de tomar una decisión tan importante como es la de asociarse, y no tengas vergüenza o pena de decir en algún momento “decidí no emprender en este negocio”, al final es mejor una buena decisión a tiempo que un arrepentimiento tardío.