El tema de la envidia en la red social ha sido del interés de muchos y, por otro lado, de preocupación para otros y en muchos casos: ambos sentimientos y posturas.
Existen empresas que se dedican exclusivamente a investigar sobre este tema y el reciente estreno en Netflix “Social Dilema”, nos hace reflexionar aún más.
Y pues, sí, como profesional en la disciplina de comunicación, no puedo dejar al lado las humanidades; si bien, me apasiona el marketing, los temas de historia, filosofía y ética siguen teniendo un fuerte impacto en mí y en muchas personas que tienen un perfil similar al mío.
Antes que nada, pienso que nadie o por lo menos yo, no tengo la verdad absoluta en nada y en temas tan abstractos la opinión es muy diversa, pero ante tanta preocupación en esta generación digital que nos está tocando vivir me cuestiono, ¿qué hubiera pensado Dante Alighieri?, poeta nacido en Florencia, Italia en 1321, altamente conocido por su obra “La Divina Comedia”; escrito que marcó la transición del pensamiento medieval al renacentista.
Dante Alighieri, en su obra, hablaba ya de los siete pecados capitales, entre ellos la envidia definiéndola como “amor por los propios bienes pervertido al deseo de privar a otros de los suyos”. El castigo para los envidiosos era cerrar sus ojos y coserlos, porque habían recibido placer al ver a otros caer.
En 1864, nace el escritor Miguel de Unamuno y cita que “la envidia es uno de los rasgos más característicos del principio del siglo XX.
Hago esta introducción porque está por terminar el año 2020 y la envidia sigue siendo un concepto con mucha fuerza.
Es sabido que los usuarios de redes sociales tenemos gran acceso a ver lo que nuestros amigos virtuales publican en línea sobre sus compras, viajes, objetos, momentos, amistades, etc.
Un estudio realizado por ScienceDirect revela que las compras de experiencias provocan más envidia que las compras de objetos materiales, principalmente porque para la mayoría de las personas el vivir momentos de felicidad es aún más importante que comprar objetos.
Mucho se dice que los usuarios de las redes sociales comparten sus noticias positivas y los que leen las noticias y que no se encuentran en un buen momento emocional, pueden llegar a sentirse desfavorecidos, emoción que genera envidia.
Para las nuevas generaciones, las que han nacido en el mundo completamente virtual, puede ser muy difícil de comparar, pero para los que hemos tenido la fortuna, diría yo, de vivir el antes y el después de la transformación digital debería de ser más fácil porque lo mismo pasaba en cualquier reunión netamente presencial, normalmente, los seres humanos intentamos poner una buena cara ante los demás y no siempre es un tema de hipocresía, simplemente es un instinto y rasgos de personalidad en donde prefieres hablar de tus problemas solamente con aquellos pocos a quienes en verdad les tienes confianza. Y, como bien dice el dicho que tiene tantos años “el jardín de al lado se ve más verde”.
La envidia al igual que cualquier emoción sin ponerle un adjetivo calificativo ha sido y sigue siendo una herramienta de ayuda para que especialistas en mercadotecnia logren un mayor impacto publicitario, pero siendo realistas, también es utilizada en ventas, política, y hasta en una mesa de café en donde haya grupos mayores de dos personas.
El estudio también plasma que los usuarios de redes sociales tienden a hacer más posteos y publicaciones de momentos y experiencias que de productos comprados y esto genera que las personas piensen y hagan mayores comparaciones.
Finalmente, esto explica lo humanos que seguimos siendo a pesar de los algoritmos y también explica la tendencia que existe ahora de que las marcas ofrezcan vivencias originales, incluso multisensoriales y memorables a los consumidores. La tecnología seguirá avanzando, el reto para los seres humanos es darse el tiempo de trabajar en uno mismo para tener mayor control de nuestras emociones que van relacionadas completamente a las decisiones de compra y de vida que tomamos, siendo todos vulnerables.
