Uno de los aspectos que más he observado a lo largo de estos años de consultor empresarial es ver cómo los emprendedores cometen los mismos errores al momento de iniciar su proyecto, por esto la columna de esta semana la he querido tomar para hablar de los puntos que debemos tener en cuenta al momento de planificar y ejecutar un emprendimiento, sin importar el tamaño que tenga. 

En primer lugar, es importante que emprendamos sólo en temas que conocemos, que nos apasionan o a lo que podemos dedicarnos al 100%, ya que así disminuiremos al máximo las posibilidades de equivocación o fracaso. Lo ideal es que emprendamos en algo que sabemos, pero no siempre es así, por lo que de no ser el caso, lo mejor es que nos apasione el tema y podamos dedicarle toda nuestra mente y cuerpo a este proyecto ya que de esta forma aprenderemos muy rápido y de manera eficaz todo lo concerniente al negocio y podremos llegar al punto de manejarlo mejor que nadie, lo que se traduce en que evitaremos tomar decisiones erradas en nuestro rol gerencial.

Por ejemplo, en la medida en que comprendamos los costos reales de cada uno de los insumos con los que trabajamos y cuánto se gasta de esos insumos, podremos no sólo sacar mejor las cifras de cara al precio final del producto o servicio, sino que será muy difícil que compremos a precios por encima de lo que realmente están en el mercado.

En segundo lugar, debo indicar que el éxito de cualquier negocio o proyecto depende de que estemos presentes la mayor parte del tiempo y nos involucremos en todas las fases de los procesos de la empresa porque es ésta la única forma de que conozcamos absolutamente todo, podamos detectar errores o desviaciones y aplicar los correctivos a que haya lugar, por lo que vale citar aquí el viejo adagio que reza que “el ojo del amo engorda el ganado”.

En tercer lugar, está la imagen que mostremos a nuestros colaboradores, ya que serán ellos quienes empujen a la empresa al logro de los objetivos planteados por nosotros. Debemos entonces gerenciar con el ejemplo y así garantizaremos no sólo su identificación con lo que hacen, sino que también obtendremos la fidelidad de los mismos para con nosotros, algo que vale mucho y más en estos tiempos post-pandemia.

En cuarto lugar, y no por estar en este puesto es menos valioso, debemos elaborar un Plan Estratégico del Proyecto, donde escribamos todo lo que queremos hacer, hasta dónde queremos llegar, lo que tenemos en temas de recursos físicos y financieros para llegar hasta allá, cómo vamos a lograrlo, cuál será el proceso de elaboración o producción, cómo haremos el mercadeo y futuras ventas, y muy importante, que establezcamos tiempos de entrega para cada tarea, ya que un proyecto con tareas que no son medibles es inviable en el tiempo.

Por último, y quizás una de las premisas mas importantes que debemos tener en todo proyecto es que si ponemos nuestro dinero, tiene que ser un negocio donde tengamos el control total del mismo, o donde al menos aseguremos una participación activa y de toma de decisiones. Uno de los errores más comunes que veo es dar dinero para asociarse con alguien y dejar que sea esa persona quien maneje el negocio porque “es la que sabe del tema”, y aquí me permito dar un consejo por experiencia propia, si no te vas a meter frontalmente en el negocio y si no vas a tener poder de decisión, no pongas tu dinero en ese proyecto, ya que existe un gran porcentaje de probabilidades de que pierdas esa inversión.

Lamentablemente estamos en un mundo en el que siempre salen personas con proyectos maravillosos que te harán ganar dinero sin hacer nada, o haciendo muy poco, o dejando que ellos hagan inversiones por ti. La vida me ha enseñado no sólo de manera personal sino a través de las experiencias de personas, emprendedores y empresarios a quienes he asesorado, que la única forma de hacer dinero es trabajando fuerte, de manera responsable y con el corazón, y la otra es la lotería. Por lo que si quieres hacer dinero, invierte en ti, en algo que te apasione, ponle el corazón y se consecuente con tus planteamientos y tendrás el éxito garantizado. Y recuerda que mientras más alta es la colina mayor será la sensación de satisfacción cuando la hayamos escalado.

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