Los meses sin intereses son una forma de pago donde se divide el costo total de un artículo o servicio a plazos, y en el que el banco cubre la deuda frente al comercio al cargar todo el monto al crédito del cliente y conforme éste lo liquida, se libera dicha cantidad en su línea.
Entre las ventajas de este esquema destaca la certidumbre de conocer la cantidad que se debe cubrir y la posibilidad de adquirir bienes cuyo costo impediría ser liquidado en una sola exhibición, pero si el cliente opta por plazos extendidos, puede saturar el crédito e imposibilitar su uso incluso para los gastos domiciliados.
Cuatro de cada 10 compras realizadas con tarjeta de crédito se efectuaron bajo el esquema de meses sin intereses, por lo que desconocer cómo funciona puede poner en riesgo al consumidor, en especial en épocas de elevado consumo como el actual, advirtió en una consultoría Resuelve tu Deuda.
“Las personas buscan maneras de financiarse que les permitan aprovechar mejor su dinero y diferir el costo total en varias mensualidades parece una opción atractiva. No obstante, comprar de esta forma sin analizar el plazo puede comprometer una parte importante de los ingresos fijos”, expuso la reparadora de crédito.
Quienes desconocen que el pago mínimo de sus tarjetas no incluye las aportaciones de los meses sin intereses corren un gran riesgo.
Al momento de no cubrir una mensualidad, se pierde el beneficio y el banco aplica la tasa normal a la deuda pendiente, por eso hay que considerar las cantidades de manera separada para evitar cualquier sorpresa.
Antes de hacer algún tipo de consumo de estas características reflexionar la compra antes de optar por este esquema, elegir un producto con una vida útil mayor al plazo solicitado, analizar si se tiene el dinero suficiente para solventar las mensualidades en el futuro, verificar que la promoción se aplique según lo estipulado y comparar precios y ofertas en distintos lugares que podrían traer mejores beneficios.
Una vez tomada la decisión, señala, el monto de los pagos debe integrarse al presupuesto mensual, y de esta manera, el riesgo de un desequilibrio financiero será menor.
Sin importar que el cliente sea totalero o no, conocer las consecuencias de usar este tipo de esquema de pagos es básico para desarrollar mejores hábitos de compra.