Cuando hablamos de imagen corporativa, enseguida se nos viene a la cabeza el concepto branding, el cual se refiere al desarrollo del nombre y el logo de una marca, dándole un valor y significado tanto para el cliente como para la empresa propietaria.
Al crear una nueva marca es imprescindible, y muy importante, ya que es lo que va a representar un producto, bien o servicio. Pero existen los casos de rebranding, remodelaciones de imágenes, pero estas no siempre salen bien.
Para Antonio Elizalde, director de operaciones de Principle México, existe un riesgo muy alto al momento de hacer un rediseño de una marca, ya que no sólo tiene que ver con temas estéticos, sino también con la estrategia detrás del cambio.
“Es muy importante que una marca se asesore de profesionales al momento de hacer estos cambios. No importa que esta marca tenga muchos años en el mercado o su producto sea ampliamente conocido, ya que las personas dedicadas a esto están enteradas de las tendencias en diseño, en formato de los contenidos en los diversos medios y en temas estéticos”, señaló el ejecutivo en entrevista con Merca 2.0.
Uno de los principales riesgos que anota Elizalde es que haya una decepción por parte de los usuarios al nuevo rostro que tenga la marca al no ajustarse a lo que quieren y los impactos que quieran generar.
Casi todas las marcas van actualizando su imagen poco a poco a lo largo de su vida, algunas con un cambio más pronunciado y otras lo hacen menos. El objetivo siempre es cambiar la percepción de su imagen corporativa frente a su público, buscando una diferenciación de sus competidores que al mismo tiempo sea relevante para su audiencia y sobre todo creíble.
Un rebranding siempre trae costos muy altos consigo, cambios de decoración, uniformes, material gráfico, página web, redes sociales, vehículos, papelería corporativa, sólo por mencionar algunos.
Para el ejecutivo de Principle México, consultora especializada en implementación de marca, señala que detrás de cualquier cambio de rediseño de marca, debe estar impulsado por una estrategia de comunicación, sin perder de vista la vocación y la naturaleza de la marca.
“(El cambio) no sólo debe venir en un sentido gráfico, tiene que venir acompañado de un cambio en el entorno donde los clientes interactúan con la marca”, señaló Antonio Eli
Cuando una empresa ha hecho algo mal por mucho tiempo es normal que tenga una imagen negativa y se devalúe el valor de la marca. Lo recomendable es que el cambio de marca venga dado por un cambio en la estrategia empresarial, de nada sirve cambiar la imagen si no le sigue un cambio sustancial en su comportamiento.